Lo vivido en la final del IX certamen Alfarero de Plata en La Sagra fue la constatación de que apostar por los novilleros sin caballos merece mucho la pena. Mientras el toreo miraba a la Feria de Abril, en Villaseca de la Sagra se pudo disfrutar de un auténtico acontecimiento. Es imposible no hilvanar que sin tardes como las de este domingo en el pueblo toledano es imposible que dentro de unos pocos años haya ferias como la sevillana.
La apuesta por el futuro del municipio cumplía nueve años en su edición para los más jóvenes y lo hizo con un auténtico espectáculo en el que los tres coletas enseñaron cualidades que permitieron a los aficionados salir toreando.
La novillada de Alcurrucén fue muy buena, con dos novillos premiados con la vuelta al ruedo, y puso el broche de oro a una edición en la que ganaderías toledanas menos conocidas se pusieron en el escaparate lidiando lo mejor de su casa como la triunfadora Piedra Escrita o La Olivilla. La apuesta por ampliar el abanico ganadero también ha sido exitosa.
En cuanto a los novilleros fue proclamado triunfador el joven Javier Zulueta, quien impactó desde el primer día a base de una torería y pellizco impropio para un chaval tan nuevo. Sus dos faenas en la final fueron inolvidables y han quedado en el cuadro de honor de lo vivido durante toda la historia del certamen. Triunfo rotundo y una carrera por delante en la que siempre quedará que Villaseca le dio el primer empujón.
Pedro Luis fue un auténtico impacto a base de un valor seco, espartano. El peruano cautivó a La Sagra por su personalidad y por una capacidad especial para pasarse el novillo por los muslos con inmensa frialdad. En la final fue el menos afortunado con el lote pero tuvo la capacidad de conmover con su valor.
Iker Fernández “El Mene” también dejó una grata imagen como torero sobrio y más hecho que sus compañeros. Una labor sin ningún guiño a la galería en la que mostró una personalidad en la que el toreo de siempre es su base.
La Sagra ya prepara el Alfarero de Oro en una edición que hará historia.
