Momentos antes de arrancar el paseíllo en Bilbao, Juan José Padilla, en trance de despedida del coso de Vista Alegre, fue homenajeado con un aurresku de honor -danza vasca que se baila a modo de reverencia-. El Juli y Manzanares, como el resto de espectadores, contemplaron con respeto la escena de reconocimiento. Instantes después, el propio Padilla fue invitado por el público a saludar una cerrada ovación desde el tercio.