Categorías: Opinión

Bravura, casta, coraje y magisterio

Y Saúl Jiménez Fortes… A ese hay que echarle de comer aparte. Valor espartano, toreo de trazo limpio y profundo, dejándose lamer los mulsos…

Seis “gallardos” bravos y encastados -tres de ellos de gran calidad- han dado ocasión a Antonio Ferrera de poner de relieve su evolución de torero bullidor, enrazado y gran banderillero, a lidiador magistral con sabor a añejo toreo eterno. El extremeño ha jugado fuerte presentándose en las fallas cinco días después de una seria cornada, cuyas secuelas ha logrado ocultar a base de amor propio, torería y entrega. ¡¡Torero!!

Joselito Adame ha estado en su línea de crecimiento muy interesante, pero ha notado el cambio de la suavidad del toro mexicano a la embestida recia y brava del toro de Fuente Ymbro de un día para otro, aunque se ha esforzado al máximo por adaptarse.

Y Saúl Jiménez Fortes… A ese hay que echarle de comer aparte. Valor espartano, toreo de trazo limpio y profundo, dejándose lamer los mulsos por los pitones con una frialdad que asusta, es su marca de fábrica. En su primero ha sobrecogido a los pocos espectadores que salpicaban los tendidos. No caeremos en el error de abroncar a los que estaban como se suele hacer en la misa, pero los que se han quedado en casa o no lo han visto por Canal Plus se han perdido el torero con más cojones que se viste de luces actualmente. ¿Más que ese que ustedes y yo estamos pensando? Las comparaciones siempre son odiosas, pero un gramo más de valor sería enajenación mental. Si los toros respetan mínimamente al malagueño, hablar de toreros valientes se va a poner muy difícil de ahora en adelante.

Que abra el tiempo y salga el sol, que el motor de las Fallas de Valencia ha arrancado con tal hemorragia de revoluciones con los “gallardos” y actitudes como las de Ferrera y Jiménez Fortes, que los que lleguen detrás tendrán que hacerlo arreando si no quieren perder en las comparaciones.