Fotos: Joao Silva
Al iniciarse la tercera del Abono de Campo Pequeno se oyó una atronadora ovación, en un breve pero entrañable homenaje a Francisco de Mascarenhas, símbolo vivo del toreo ecuestre, celebrando sus 75 años de alternativa.
Se esperaba mucho de esta corrida, donde coincidían tres caballeros de dinastía triunfadores en la pasada temporada.
Dicen que la Historia no se repite pero, al menos en Tauromaquia, no es así. En este festejo se ha reactivado una antigua competencia entre Joao Moura hijo y Joao Telles hijo, que animó sobretodo sus primeros años de carrera (como ya había ocurrido con sus padres). Dos lidias por todo lo alto en los dos últimos toros de la noche dieron la exacta dimensión de la capacidad –ya reconocida– de los dos jinetes, que contrastaron sus estilos peculiares, con evidente vinculación a las respectivas dinastías.
Joao Moura hijo, que había lidiado con acierto el manso segundo, se impuso con rotundidad al quinto, cumplidor. Faena de alta vibración, muy variada, de buen contenido y rematada en apoteosis con las “mourinas”, marca de la casa, ejecutadas en un palmo de terreno. Se armó un alboroto confirmando la posición de privilegio de este joven torero a caballo, ya consagrado en las últimas temporadas.
Telles hijo no quiso ser menos y abrió su compendio en el que cerró plaza. Al rematar una suerte, su caballo sufrió un resbalón dejando a Joao a merced del toro, que le arrolló afortunadamente sin consecuencias. Arrolladora, esa sí, fue la lidia –completísima– desde la brega elegante a las banderillas cargando la suerte e invadiendo terrenos de compromiso. Antes, frente al complicado tercero, dibujó una faena sólida y eficaz.
El público deliró con esta renovada competencia en el tramo final del espectáculo, que a todos entusiasmó.
A Joao Moura Caetano, que tan buenas sensaciones propició el año pasado, tocó el lote más a contra estilo. El que rompió plaza, noble pero sin transmisión, aún le permitió consumar algunas suertes de muy buena nota, intentando poner la emoción que el oponente deslucía. Peor todavía el cuarto, un manso de libro, que no le dio opciones, aunque dejó clara la entrega del torero, que mantiene sus créditos.
El grupo de forcados del Aposento de Moita celebró con éxito su 45 aniversario, al ejecutar tres pegas de cara al primer intento, destacando la realizada por el cabo Leonardo Mathias.
Los Amadores de Évora enfrentaron con valor varias dificultades, conquistando el merecido aplauso de los aficionados.
Lisboa. Jueves, 27 agosto de 2020. Toros de Romao Tenorio, muy bien presentados, mansos pero en general nobles. Joao Moura Caetano, vuelta y ovación; Joao Moura hijo, vuelta y vuelta con llamada especial; Joao Telles hijo, vuelta y vuelta. Entrada: Lleno en el aforo permitido. Al iniciarse el festejo, se rindió homenaje a Don Francisco de Mascarenhas. Se guardó un minuto de silencio en memoria del campino Carlos Custódio.
