TOLEDO

La impactante verdad de Leandro Gutiérrez en Añover de Tajo

Julio César Sánchez
lunes 31 de agosto de 2020
El colombiano corta dos orejas en la tarde de su debut con picadores

La única faena de premio de la tarde llegó en el sexto. Hubo verdad, firmeza y garra sin perder los papeles, a pesar de las dos volteretas sufridas por Leandro Gutiérrez. Dio el pecho, echó los vuelos y tiró con suavidad del astifino ejemplar de San Isidro, aunque el borrón llegó en la estocada baja. Gran mérito y muy buen aire de Leandro Gutiérrez en el día de su debut con picadores, que paseó dos orejas del sexto.

El menudo colombiano debutó con picadores dejando como lo más destacado un entonado recibo a la verónica. En la muleta el de San Isidro se movió sin clase. Gutiérrez se puso con buen aire, firmes las plantas, aunque sin poder articular una faena con contenido sustancial.

Quiso mucho Francisco Montero en su primero, un novillo complicado y rajado que puso en dificultades a su cuadrilla en el segundo tercio. Con la muleta Montero prolongó una faena que no pudo ser lucida en momento alguno por la huida del novillo, el cual probablemente acusó el haber sido desembarcado en el mismo ruedo por la mañana. Cuando embistió lo hizo sin entrega y pegando un gañafón como remate de su acometida. A pesar de todas las dificultades Montero probó por lo civil y por lo criminal, con indudable mérito por parte de novillero andaluz, quien se tiró a matar por derecho jugándose la voltereta y cazándolo a la tercera.

El cuarto fue un novillo abierto de cuerna que embistió con cierta entrega en los dos primeros tercios pero que tornó tal condición a desordenada e informal en el último, soltando la cara y con frecuencia embistiendo con el pitón contrario. Montero lo intentó con denuedo aunque sin poder estructurar ni redondear faena. Esta vez la hábil estocada llegó al primer intento.

Un ambicioso Rubén Hernández apostó desde el inicio recibiendo al serio novillo de San Isidro a portagayola, continuando por faroles en el tercio. El novillo se movió aunque sin excesivo celo y soltando la cara en el remate. Hernández, a pesar de la evidente y lógica falta de oficio, anduvo firme y sobrio. Destacó su manejo con la mano izquierda, lado por el que hubo buen gusto por momentos. No obstante, el acople fue intermitente y la sensación reinante al término de la faena fue la de falta de fluidez a la hora de darle estructura a las series. Anduvo desacertado con la espada.

Sin ser un dechado de virtudes, el quinto se movió con algo más de orden. Soltó la cara, pero no tanto como sus hermanos. Hernández estuvo mucho tiempo delante con lucimiento desigual y ocasional. Volvió a demostrar mayor soltura al natural. Pinchó feamente de manera repetida, de nuevo muy tendido y caído.

Añover de Tajo (Toledo). Lunes, 31 de agosto de 2020. Novillos de San Isidro, de serios y astifinos pitones aunque no demasiado remate de carnes. Tuvieron movimiento aunque no fue entregado, soltando la cara con demasiada frecuencia. Mejor, el quinto. Francisco Montero, ovación y palmas; Rubén Hernández, silencio y silencio tras aviso; Leandro Gutiérrez, que debuta con picadores, silencio y dos orejas. Entrada: Media plaza. Tras el paseíllo se guardó un minuto de silencio por los fallecidos por el coronavirus. La terna saludó una ovación antes de comenzar el festejo. Buena lidia de Rafael González y brillante tercio de banderillas de David Adalid y Jesús Arruga en el sexto, los tres saludaron una ovación.

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