Sebastián Castella, que cortó una oreja de su primero tras pegarse un impresionante arrimón, ha dejado escapar con la espada la puerta grande de Las Ventas tras pinchar al segundo toro de su lote, un animal muy bravo y con transmisión de Victoriano del Río con el que logró momentos importantes. El Fundi y Perera no conectaron con un público que pasó por alto sus faenas.
El festejo tuvo dos nombres propios: Sebastián Castella y “Pudoroso”, el quinto toro de la tarde con el que precisamente el diestro francés se cerró la puerta grande con la espada. El de Victoriano del Río, un animal muy bravo, de gran transmisión y enorme calidad en las telas cuando se templó, era justo el tipo de toro que se necesita para reventar Madrid. Y Castella, que por momentos dejó pasajes de enorme importancia -tanto en el recibo capotero como en el inicio de la faena de muleta y en varios fragmentos de la misma toreando sobre ambos pitones- no terminó de hacerlo. Sobrado frente al toro, valiente como pocos, con la cabeza fría y las ideas claras -todo eso hay que reconocerlo-, lo cierto es que el de Beziers no cuajó del todo al toro, al menos en cuanto a toreo fundamental. El toro era de orejas y Castella, aun acertando con la espada, sólo habría paseado una. Pero no mató bien y, con ello, se esfumó la posibilidad de abrir la puerta grande. Una salida a hombros que ya tenía encauzada desde que mató a su primero, un ejemplar con el que el francés replicó por saltilleras un quite por gaoneras de Perera y con el que se pegó un arrimón de órdago. Valiente de verdad el francés, que tras matar por arriba paseó una oreja de ley.
No fue la tarde de sus compañeros de cartel, a los que el público no echó cuentas. El Fundi poco pudo hacer con el deslucido ejemplar que abrió plaza y dejó escapar una buena oportunidad de triunfo con el cuarto, un toro manejable y con calidad con el que el de Fuenlabrada estuvo correcto, sin más, posiblemente contagiado de la intransigencia del público.
Perera, por su parte, sólo pudo mostrar voluntad con el inválido tercero, un toro que se dejó toda su fuerza en el primer tercio, y no terminó de conectar con los tendidos en el sexto, un toro potable pero que tenía el defecto de protestar a mitad de viaje.
Madrid, 3 de junio de 2010. Toros de Victoriano del Río y uno, el 6º, de Toros de Cortés, bien presentados y de juego desigual, destacando sobre todos el bravo 5º y el enclasado 4º. El 2º y el 6º fueron manejables. El 3º fue un inválido y el 1º fue deslucido. EL FUNDI: Silencio y bronca; SEBASTIÁN CASTELLA: Oreja tras aviso y leve petición de la segunda y ovación tras dos avisos; MIGUEL ÁNGEL PERERA: Silencio y silencio. Entrada: Lleno. Destacó con los palos Javier Ambel, que se desmonteró en el quinto.