Calurosa y agradable noche de toros en Campo Pequeno, donde un buen encierro de la ganadería de Vinhas, en su 70º aniversario, propició buen toreo a caballo y a pie, saliendo el público visiblemente satisfecho. Hubo menos gente que en las tres primeras corridas, probablemente porque muchos temen asistir a espectáculos públicos cuando la pandemia está recrudeciéndose en Portugal, aunque menos que en otros países de Europa. No obstante, de nuevo se cumplieron con rigor todas las normas de seguridad.
Antonio Ribeiro Telles dictó, una vez más, su cátedra de toreo a caballo, alcanzando un rotundo triunfo con el cuarto, un bravo toro de Vinhas que lució las virtudes del encaste Santa Coloma: serio, de pronta y noble embestida. Tuvo delante a un maestro que supo aprovechar la calidad del oponente y se impuso a su exigencia. Brega elegante y templada, suertes de perfecto diseño y remates de buen gusto levantaron a los aficionados de sus asientos.
Frente al que rompió plaza, cumplidor, Antonio Telles desarrolló una labor sobria, de menos a más, con destellos de clase.
Francisco Palha destacó en la lidia al segundo, codicioso, dando muestras de su toreo vibrante y de verdad. Brilló en la preparación emotiva de las suertes, antes de colocar banderillas de alta nota, en un mixto de clasicismo y espectacularidad. Igualmente en el quinto, un toro con escasa transmisión, afirmó su ansia de triunfo consumando una exhibición de entrega que le permite mantener el puesto de privilegio que conquistó hace ya un par de años.
Los forcados del Aposento de Barrete Verde festejaron 55 años de actividad con una buena actuación. Destacó la extraordinaria pega de cara de Joao Amandio al cuarto.
Por su parte, los Amadores de Alter vivieron una noche dura y difícil.
EL TOREO A PIE SE REIVINDICA
Reapareció en este festejo el matador Antonio Joao Ferreira, recuperado de la cogida que sufrió el año pasado en esta misma plaza. Sus faenas han reiterado las buenas condiciones de este torero, injustamente olvidado por las empresas.
El tercero, un ejemplar de gran nobleza y embestida “a la mejicana”, dejó apreciar las buenas maneras y un sitio admirable en un diestro que apenas torea, al que vimos rubricar bellas tandas por ambos lados. También el que cerró plaza tenía nobleza, pero duró poco. En ambos destacó el nivel estético de Ferreira, que prodigó naturales con desmayo, dignos de carteles de toros.
Joao Ferreira, hermano del matador, escuchó una atronadora ovación, con toda la plaza de pie, al colocar de forma sencillamente colosal dos pares de banderillas. Citó con pausa, cuarteó a la perfección y reunió en la cara, asomándose al balcón y rematando poderosamente.
Lisboa (Portugal), jueves 10 de septiembre de 2020. Toros de Vinhas, con trapío, en general codiciosos, encastados pero nobles. Destacó el bravo 4°. El mayoral saludó en los medios. Antonio Ribeiro Telles, vuelta y vuelta; Francisco Palha, vuelta y vuelta; Antonio Joao Ferreira, vuelta y vuelta. Entrada: Dos tercios del aforo permitido.