Ocurrió en Albán (Colombia) y durante la celebración de un tentadero benéfico. El maestro César Rincón no se pudo aguantar y se posó sobre el albero de la coqueta plaza de toros del municipio para deleitar a todos los presentes y torear como en tiempos pasados, o más bien, como siempre. Rincón se mantiene en perfectas condiciones y no ha perdido el hilo de su peculiar concepto. Una templada tanda sobre la mano derecha rematada con un extraordinario pase de pecho dan muestras de ellos. El empaque y los cites se mantienen intactos. El torero de las cuatro puertas grandes consecutivas en Las Ventas se sigue sintiendo y gustando como si el tiempo no corriera sobre sus muñecas. Y volvió a salir en volandas, como así lo dice la historia.
Foto: Tendido 7