Yo pensé que, para caer de pie en Bilbao, había que llegar, saludar y volver al año que viene. Bilbao era entonces lo que salía en la tele. Entonces es hace una chingadera de años y lo que salía en la tele, feo. Desde aquí, desde donde escribo, esa tierra era El País Vasco, entonces. Conozco la frontera de México, con más de tres mil kilómetros con los USA, en los estados de Baja, Sonora, Chihuahua, Coahulia Nuevo León y Tamaulipas. Desde allí la tele pone en imágenes el olor a bala. No es lo mismo, pero nos deformaban entonces, hace un par de décadas, con la imagen de Bilbao a través del olor a pólvora. Viene el ejemplo al pelo, pues aquí muchos teníamos una visión de frontera y disparo. Sin duda algo grave había, menos que ahora, pero lo que no nos enseñaban era esa forma de ser que tiene El Bocho, que lo lleva en su acero y en sus gentes, ser hospitalarios. Y, en toros, ser tolerantes. Enfermos hay en todas partes.
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