El Club Taurino de Bilbao se llenó este martes de numerosos aficionados para escuchar la interesante disertación de Guillermo López Martínez, que es la cuarta generación de la misma familia que inició el camino de la ganadería de Conde de la Corte. La misma fue fundada en 1919 o 1920, la fecha no está definida del todo, por Agustín de Mendoza y Montero, Conde de la Corte, quien compró el ganado a la marquesa viuda de Tamarón y lo llevó campo a través desde Vejer hasta Jerez de la Frontera, donde actualmente pasta.
Guillermo es un economista joven, con gran ilusión, y junto a su padre, su tía y algunos primos están trabajando duramente para recuperar la esencia de esta ganadería tan importante en la historia de la tauromaquia ya que es la madre de muchas de las actuales. La ganadería de Conde de la Corte tuvo su máximo esplendor de 1920 a 1930, cuando la toreaban todas las figuras. En 1932, durante la República, el Conde se exilió a Portugal con la ayuda de Marcial Lalanda y Atanasio Fernández. Durante el tiempo del exilio se siguió lidiando con el hierro de UGT. En los años cincuenta volvió a tener actuaciones muy destacadas.
Por distintos avatares de la historia fue perdiendo sitio en las plazas importantes pero en 2015 recompraron vacas a Isidro Prieto ya con la idea firme de comenzar una nueva etapa y recuperar su prestigio. El ganadero explicó que el toro del Conde de la Corte no es muy grande pero sí cuenta con hechuras armónicas. En su intervención, Guillermo señaló como fundamental que el toro “genere emoción”. Además, comentó que esta temporada tienen intención de lidiar tres novilladas y una corrida de toros.
