Casi lleno en la última de abono de la Aste Nagusia de 1988. Se lidiaron seis astados de Eduardo Miura, todos ovacionados excepto el cuarto, siendo premiado con la vuelta al ruedo el toro Forrajero, lidiado en tercer lugar. Ruiz Miguel (ovación con saludos y vuelta al ruedo), Dámaso González (pitos en los dos) y Tomás Campuzano (dos orejas y oreja con petición de la segunda).
“Tomás Campuzano ha tenido la tarde de su vida. Sólo el sabrá si otras tardes ha toreado mejor, pero la categoría de la plaza de Bilbao, el trapío de los toros que tenía delante, por tratarse de la legendaria divisa de Miura, y por cómo ha toreado, creo que Tomás ha tenido la mejor tarde de su vida”, escribía Salvador Pascual para Aplausos.
“Una estupenda tarde en la que hubo soberbios toros de Eduardo Miura, que envió una corrida de toros de gran trapío, con pitones, movilidad, interés y en la que vimos desde el toro de embestida excepcional, hasta el toro con problemas, pero todos creando espectáculo, transmitiendo mucho y dejando un magnífico recuerdo a los espectadores”.
“Ruiz Miguel entendió perfectamente al buen primer toro realizándole una espléndida faena mandando siempre el de San Fernando. Ligó perfectamente los pases destacando dos circulares completos así como una serie de naturales rematados con el de pecho sin moverse. Todo lo hizo con quietud, mando y además estuvo relajando delante del toro. Pudo salir a hombros con Tomás Campuzano si lo hubiera matado de una buena estocada, pero necesitó de seis pinchazos, estocada y descabello, y el premio se diluyó. Con el colorado cuarto, un toro reservón, Ruiz Miguel expuso una barbaridad”.
“Dámaso González anduvo desconfiado toda la tarde, con el lote más malo de la corrida. Con el segundo, un toro que repetía en la muleta, pero se revolvía pronto, expuso poco y simplemente aliñó. Con el quinto, que presentaba la listeza propia del encaste, abrevió ante la desilusión del público. No tuvo su tarde”.
Lo mejor de la tarde vino con el tercero, de nombre Forrajero, que fue ovacionado de salida por su trapío. Ignacio Álvarez “Barquerito” en el libro “Larga cambiada”, relata la gran tarde del diestro de Gerena: “Tomás, que había toreado muy bien con el capote, se salió a los medios con el toro para abrir faena y, confiado en su claridad, dándole sitio se lo trajo en dos tandas sobre la mano derecha, muy templadas y largas. En ellas se empezó a sentir el torero. Se calentó de verdad la plaza y Tomás, que fue ganando seguridad de muletazo en muletazo, se sintió también estimulado. De pronto, crecido como nunca, inspirado y en figurón, en lo que este año no le han dejado ser porque no le habían dado ni siquiera la oportunidad de serlo, y así, iluminado, Tomás tiró por el suelo todos los tópicos en torno a su concepción del toreo para mostrarse como un torero capaz de torear con calma, poder y fuerza, con intensidad, entrega y elegante gusto. A todo esto se unieron golpes de inspiración en remates abelmontados, dibujando despacio el molinete, ganando la cara del toro o yéndose de ella con sinceridad y recreo. Al natural toreó francamente bien Tomás, y de frente llegó a torear mirando al tendido”.
“El apoteósico premio de dos orejas, con la plaza volcada, lo supo refrendar Tomás con el último toro de la corrida, claro y templado en la muleta. Tomás toreó sobre la mano diestra trayéndose el toro a la voz sin embarcarlo del todo, pero respirando bien, sintiéndose de nuevo, sin dudas ni tropiezos. Casi en los medios, citando al toro de largo, Tomás toreó por manoletinas y se rebozó con gusto en adornos inspirados. Si el estoconazo al encuentro hubiera sido fulminante, habría valido dos orejas de nuevo”.
Tomás Campuzano llevaba una temporada en la sombra. El diestro de Gerena estaba actuando prácticamente en plazas de menor entidad, alejado de las grandes ferias, a pesar del importante triunfo que tuvo en la Feria de Sevilla ante la corrida de María Luisa Domínguez y la faena al toro Topinero. Así pues, al caer herido gravemente Manili en Almería, entró por la vía de la sustitución, y triunfó clamorosamente en Bilbao.