Los últimos días he andado pachucho, metido en la cama con 40, y no chavalas precisamente, ¡sino con 40 de fiebre! Hoy he empezado a remontar y mañana estaré listo para volver a dar guerra. Pero el trancazo ha sido fuerte, de los que te dejan sin puntilla…
Empecé a ponerme malo el lunes. Fui a entrenar a la plaza de Albacete por la mañana y, como siempre, empecé a andar. Bueno, pues no llegué ni a torear de salón, a mitad caminata se me puso mal cuerpo y decidí irme a casa. Eso sí, aproveché el momento para ir al peluquero a que me pelara y, conforme llegué a casa, me metí en la cama y de ahí no salí en un par de días.
Menos mal que los sobres antigripales que me he tomado han funcionado y ayer por la tarde por lo menos pude ir a recoger unos calendarios y unas fotos que me he hecho de propaganda y después ir al gimnasio. Aunque, os confieso que en el gimnasio estaba más flojeras que nunca y no hice más que meterme en la sauna…
Por cierto, esos calendarios que os digo han quedado chulísimos. Llevan tres fotos: una, que es igual que la que me he hecho para repartir, en la que aparezco en el patio de cuadrillas de Colmenar Viejo y contrasta muy bien el azul del vestido que llevo con el blanco de la pared; otra en la que estoy dando un pase de pecho en Madrid y una tercera en la que estoy toreando en Sevilla.
El resfriado creo que lo pillé el fin de semana, que fue bastante movidito. El viernes por la tarde estuve en Los Recitales, tentando con mi padrino de alternativa, El Cid. Toreé dos vacas y un macho que quemamos directamente y la verdad es que todos los animales se dejaron bastante. Me vino bien lo del macho porque ya estaba acostumbrándome a torear sólo vacas y se nota mucho la diferencia por el volumen y la seriedad de la embestida.
Manuel tuvo menos suerte que yo en el sorteo; venía de matar varios toros por la mañana y estuvo aconsejándome en todo momento. Da gusto estar con él, no sólo por lo que aprendes viéndole torear, sino por los consejos que te da. Siempre me han dicho que en el campo hay que saber escuchar. En la plaza muchas veces por el ruido, la música y todo eso apenas oímos nada, pero en el campo los detalles técnicos que te comentan es fundamental escucharlos para ponerlos en práctica y mejorar.
El sábado estuve en un pueblo de Albacete que se llama Alcadozo, concretamente en una finca que se llama La Alpujarra, propiedad de Lorenzo Alfaro, y allí tenté un macho y una vaca que fueron muy buenos. Lo de Alfaro procede de Juan Valenzuela, que en su momento compró sangre a Cuvillo y a Cebada Gago.
El domingo, para terminar el fin de semana, me fui con mis amigos Pedro y Miguel a cazar conejos por Ruidera. Por cierto, luego nos los comimos y hay que ver cómo estaban… Ahora que no estamos en temporada uno puede permitirse ciertos lujos…
Voy a ponerme bien justo para Nochebuena y Navidad. No lo he calculado mal eh… ¡jaja! En la siguiente página de mi diario os diré cómo he pasado las fiestas. De momento, a disfrutar y ¡Feliz Navidad a todos!