El percance ocurrió en el primer toro de la tarde cuando el sevillano estaba inmerso en plena faena de muleta. Perdió pie el torero, al chocar con las patas del toro, siendo zancadilleado. Lo cierto es que el del Puerto lo tuvo a placer, propinándole una espeluznante voltereta que afortunadamente quedó en un profundo corte debajo de la barbilla y del labio que no le impidió salir a matar al cuarto. Se mostró dolorido el torero aunque pudo sobreponerse cortando una oreja del toro.