Dice Domingo Zapata que “cuando veo torear, veo un cuadro”. Y cabe pensar que cuando ve una plaza de toros, ve un enorme lienzo. El artista mallorquín, impulsor de la corrida zapatista de este jueves en Palma, ha sido el encargado de convertir el Coliseo Balear en un espectáculo de color.
En la madrugada del miércoles al jueves, y en la más estricta soledad como era su deseo, Domingo Zapata ha pintado un gran corazón en el centro del ruedo, así como las tablas en la que se pueden apreciar desde un toro, un guitarrista y un cantaor, caballos, un osito en cuya montera se puede leer “soy torero”, una Gioconda con la palabra “olé” y no falta un recuerdo a su progenitor, con quien acudía a ver toros al Coliseo y a quien dedica una de las tablas en las que reza: “Viva mi padre y la Guardia Civil”.
Zapata también ha decorado los petos de los caballos de picar, donde ha pintado un corazón, también de color rojo. En la galería de José María Fresneda adjunta a estas líneas pueden ver cómo luce la plaza de toros de Palma.