La tarde de Morante empezó con una bronca y terminó en enfado. En un cabreo monumental y normal cuando a uno le increpan desde el tendido tras estar jugándose la vida de verdad delante del toro. Porque el sevillano se puso así, de verdad, con un toro con la vista cruzada. Estaba haciendo un sincero esfuerzo, poniéndose ante el toro como si fuera bueno, logrando incluso muletazos de sello caro, sin caer en el desánimo, cuando se escuchó un impertinente “¡Morante, qué gordo estás!”. Y Morante, que había hecho un ejercicio de paciencia con el juampedro, la perdió de inmediato con el inoportuno grito. Cortó por lo sano. Morante se llevó el disgusto y el tipo su momento de gloria.
A todo esto, el esfuerzo de Morante sucedió después de que en el primer capotazo el toro se le viniera al cuerpo y tras revolverse el juampedro, Morante, con el pie en el estribo, recibió un derrote en la pierna al saltar, cayendo con todo el cuerpo al callejón. Ya ven, un genio el del grito.
El libre ejercicio de expresión está muy bien, pero alguno debería trabajar el ejercicio del respeto y la educación. No todo vale. Y el simple hecho de pagar una entrada y sentarte en el tendido no da derecho a soltar improperios por la boca. Las broncas en el toreo siempre han existido, Morante se ha llevado dos, muy toreras y merecidas, por cierto, y para mostrar la desaprobación siempre quedan los silbidos o la opción de no volver, que a alguno no le estaría mal empleada. A buen seguro que no se le echaría de menos.
Acceda a la versión completa del contenido
El enfado (lógico) de Morante
La última corrida de Vic-Fezensac quedó paralizada durante más de una hora hasta que el…
Román fue cogido este lunes de manera sobrecogedora por el segundo toro de Los Maños…
Román fue trasladado en ambulancia al hospital de Mont de Marsan después de sufrir una…
Poco antes de las 23.00 horas terminaba la intervención quirúrgica. Una operación exitosa en la…
El burgalés, que paseó tres orejas, dos del bravo Saltacancelas de Los Maños, se fue…
Cuatro buenos toros de Virgen María y un sobrero encastado de Fernay permiten el último…