Mientras los movimientos y gestiones para confeccionar los carteles de Fallas, cierto que con tiempo por delante, parecen muy dormidas más allá de las especulaciones y la lógica, el toreo se ha dividido claramente en dos bloques empresariales. De una parte el mexicano Bailleres, con sitio puntero en la lista Forbes de los millonarios más millonarios, aliado con la familia Chopera, Pablo y Óscar, hijos del legendario Manolo Chopera, que han aportado sus plazas al grupo, entre ellas Logroño y Salamanca, todo bajo la dirección del exmatador de toros Antonio Barrera, hombre fuerte de la parte mexicana. De otro lado una agrupación creada a propósito, se podría decir además que por sorpresa, para salirles al paso y pelearles la hegemonía a los anteriores con una primera batalla a modo de detonante, la conquista de la plaza de Málaga, que sale estos días a concurso. En este grupo, considerado el grupo español a pesar de la presencia del galo Simón Casas, están el mismo Casas con la turística Nautalia -socios en la empresa de Madrid-, Toño Matilla y Manuel Martínez Erice, éste hasta la temporada pasada empresario de Las Ventas, y Ramón Valencia, empresario de Sevilla que hasta el momento se había contenido con exclusividad en los límites de su Maestranza.
Si sumamos las plazas y toreros que apoderan entre todos ellos, además de alguna ganadería, se podría asegurar que controlan el noventa por ciento del negocio taurino. Sevilla, Madrid, Zaragoza, Nimes, Valencia, Alicante, Castellón, Mont de Marsan, Jerez, Valladolid, Palma… José María Manzanares, Talavante, Fandi, Roca Rey, Rafaelillo y alguno más pertenecen a este último grupo; mientras que en el grupo de los mexicanos, como se les conoce a los primeros, aparecen las plazas de Logroño, Salamanca, Olivenza, Córdoba, Almería, Málaga si la consiguen mantener… Morante, Pablo Hermoso, Ginés Marín y otros varios. A diferencia del otro grupo que parece más coyuntural, este tiene una declarada voluntad de permanencia y expansión. La duda en estos momentos radica en si la reciente alianza pro-Málaga ha nacido para quedarse o simplemente tratan de frenar la política expansionista de los llamados mexicanos.
Sean cuales sean sus intenciones finales, haciendo una extrapolación política de la situación se puede decir que se ha llegado a un claro bipartidismo que les da un dominio cuasi absoluto del sector. La situación es nueva en España, no tanto en México y en muchos aspectos resulta preocupante. Sólo cabe una lectura positiva, seguramente ingenua, que aprovechando su potencial podrían intentar objetivos de interés general que desde un lado y otro, y en más de una ocasión, han reivindicado ellos mismos, como una mayor actividad promocional de la Fiesta, una mayor representación y presión ante la Administración y, en definitiva, una modernización de las estructuras. No parece que vayan a ser esos los objetivos y cuantos están al margen de los dos grupos y especialmente los aficionados, asisten expectantes a los acontecimientos.
Los Lozano con su Juli, Ventura, Albacete y Pontevedra, y Ponce con su equipo de siempre, son los agentes mayores que se han quedado en la orilla de la operación como espectadores de privilegio. Dada la relevancia de los tres toreros y la necesidad de su presencia en las ferias, cabe deducir que serán los tres únicos que tienen asegurado su beneficio en ese nuevo ajedrez taurino que se ha escenificado la última semana.
En principio nada de ello debe afectar a la confección de los carteles de Fallas, que dentro de plazo pero lejos de lo que era tradicional, se demoran. Las variaciones sobre el continuismo respecto a la línea de las últimas temporadas, presencia de figuras, en principio estarán todas, empezando por Ponce y toreros jóvenes con el reto de consolidarse, serán mínimas pero habrá que esperar.
ARTÍCULO PUBLICADO ESTE DOMINGO 15 DE ENERO EN EL DIARIO LAS PROVINCIAS