MEDALLA DE ORO DE SALAMANCA

El Niño de la Capea: “En el mundo del toro nunca se regaló nada, y menos a mí, que venía de abajo y que iba por derecho”

Redacción APLAUSOS
viernes 22 de diciembre de 2023

El alcalde de Salamanca, Carlos García Carbayo, presidió este jueves la entrega de las Medallas de Oro de Salamanca en su edición de 2023 al maestro Pedro Gutiérrez Moya “El Niño de la Capea” y a la Asociación de Antiguos Alumnos de la Universidad de Salamanca (Alumni). En un acto celebrado en el Teatro Liceo, el primer edil destacó el carácter “global” de los dos galardonados. “Son dos extraordinarios ejemplos de marca Salamanca. Han llevado el nombre de nuestra ciudad por todo el mundo mucho antes de que se acuñara este concepto tan en boga”, señaló.

De Pedro Gutiérrez Moya, el alcalde de Salamanca destacó que “es una de las figuras más importantes que ha dado la historia de la tauromaquia y una referencia absoluta en el escalafón en las décadas de los setenta y ochenta del siglo pasado. Pero por encima de sus triunfos incontestables y mando en plaza, lo que más admiración provoca es su historia de superación, lucha y sacrificio. La capacidad que tuvo de cumplir los sueños más ambiciosos a pesar de su origen absolutamente humilde”, señaló el primer edil. Carbayo aseguró que Capea llevó el nombre de Salamanca por todos los cosos “en los que destapó el tarro de las esencias de su tauromaquia poderosa y templada”, y posteriormente como ganadero “prolongando y reforzando esa alianza inquebrantable con su tierra”.

Por su parte, El Niño de la Capea, en su discurso de agradecimiento, narró con emotividad sus comienzos y el esfuerzo de su familia y el suyo propio por salir de la situación de necesidad que había en su casa: “Soy salmantino de nacimiento y vida, un niño criado en el barrio más humilde y con más carencias de la ciudad, que ni siquiera tenía agua corriente y cuyas calles, donde jugábamos, eran de tierra, y barrizales en invierno”. Sobre su necesidad de triunfo, comentó que “yo me hice torero en la cara del toro, sin posibilidad de dudar”, y añadió más tarde: “En el mundo del toro nunca se regaló nada, y menos a mí, que venía de abajo y que iba por derecho”. 

Exaltó el campo bravo salmantino: “Enseguida descubrí la grandeza sin límites del Campo Charro, el mejor y más hermoso del mundo, un paraíso de encinas, alcornoques y quejigos defendido por el toro, el guardián de la dehesa. Soñaba con que ese mundo algún día sería mi mundo. Y así ha sido”. 

En el cierre tuvo palabras también de agradecimiento a su tierra, “termino ya: qué grandeza la de Salamanca, qué gloria la del toreo y qué fortuna tan inmensa la mía por ser salmantino y torero”, comentó emocionado el maestro.

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