CORRIDAS GENERALES

El toreo de Ortega se cuela en el soñado adiós de Pablo Hermoso a Bilbao

José Ignacio Galcerá
sábado 24 de agosto de 2024
El rejoneador navarro abre la puerta grande en su última tarde en Vista Alegre y el sevillano enamora en su debut; frustrante regreso para Diego Urdiales

Como en la despedida de Enrique Ponce el día anterior, el aurresku de honor, interpretado con solemnidad y vivido con respeto, tuvo como destinatario a Pablo Hermoso de Mendoza en su despedida de Vista Alegre. Tras Pamplona, Bilbao ha sido una de las plazas más trascendentales para su carrera por cuanto fue de las primeras que le abrió sus puertas. Y desde que lo hiciera, ya no se las cerraron nunca. Así que una gran historia tenía que tener un final feliz. Y fue definitivamente así aunque tocó remontada. Porque la tarde, desapacible, lluvia intermitente, fresco, comenzó con un primer toro de San Pelayo parado, sin el son característico del encaste murube que tanto gusta a los rejoneadores. Había brindado al público una faena que resultó intermitente e irregular.

La remontada llegaría pues con el buen cuarto, este sí le permitió a Pablo Hermoso de Mendoza disfrutar de su adiós a Bilbao. El rejoneador navarro encontró en el toro el perfecto colaborador y en el cariñoso público el respaldo en una tarde tan especial para él. Acabaría paseando las dos orejas después de una faena -brindada a su hermano Juan Andrés– en la que como en su anterior brilló haciendo la suerte de la hermosina, de su invención, recorriendo prácticamente todo el anillo antes de cuajar un notable tercio de banderillas, clavando arriba y reunido, con Malbec, que bordó las piruetas saliendo de la suerte y en la cara del toro. Remató con las cortas a lomos de Generoso y un rejón de muerte en buen sitio. La vuelta al ruedo con las dos orejas le supo a gloria. Finalizada, se fue a los medios, se arrodilló y besó la arena.

Y entre el sentimentalismo del adiós se coló el toreo de Juan Ortega. Excelente tarde la suya con un lote medio. Era su debut en esta plaza y acabó enamorando a todos. Del toro que hizo tercero era evidente desde el inicio su calidad pero no tanto su fondo, que al final fue el justo para que construyera una faena preñada de muletazos preciosos. Un lance por el pitón derecho, que fue el del toro, y la media en el recibo fueron extraordinarios. El inicio saliéndose a los medios, rodilla flexionada, tuvo el sello de la distinción. Como luego lo tendría toda la faena. De un temple sobresaliente. Torea muy despacio Ortega. Pero muy despacio. Una delicia. Por el pitón izquierdo el toro fue pegajoso, lo desarmó. Luego hubo detalles de una sevillanía que redondearon la actuación como un muletazo rodilla en tierra como aquel de Sevilla para la apertura de una de las series, así como un molinete tan garboso y reunido. Mató de una estocada entera que necesitó de un golpe de descabello. Y paseó una oreja.

El toreo a la verónica de Ortega -se durmió en un lance cumbre por la derecha- aplacó las protestas por la presentación del sexto. Y cuando arreciaba de nuevo el cabreo del respetable, salió Ortega al quite, nunca mejor dicho, para calmar los ánimos por chicuelinas voladas y de gracioso giro. La generosa apertura por ayudados, barriendo todo el lomo del toro, fue de un regusto extraordinario. Noble el toro, sin fuelle, duró lo preciso para que firmara una obra plena de armonía. Los naturales, a cámara lenta. El encanto para salir de la cara del toro. Una estocada entera y un golpe de descabello.

Tras cinco años de ausencia, regresaba Diego Urdiales. Querido en esta plaza, se lo hizo saber el público con una ovación antes de la salida de su primero, que, descoordinado al parecer tras un chocazo contra un burladero, fue apuntillado en el ruedo; lastimado de la mano izquierda el sobrero de Puerto de San Lorenzo tras los lances a la verónica del saludo, también devuelto, se demoró la salida de un toro de Valdefresno abanto y frenado de primeras. Había pasado una hora desde el inicio del espectáculo y Urdiales había parado ya tres toros. En la muleta se descubrió su verdadera condición: la nula entrega, no quería saber nada. Desentendido de aquello, rajado, no hubo manera para que armara faena.

El retorno a Bilbao lo acabó frustrando un quinto muy manso de Puerto de San Lorenzo. Además de eso, fue un toro feo, de pobre cara y, lógicamente, protestado. Urdiales brindó a Pablo Hermoso de Mendoza. El riojano se pasó más tiempo persiguiendo las huidas del toro que otra cosa. Una estocada atravesada que asomó, cinco pinchazos, media estocada y cinco golpes de descabello. Dobló el toro en la misma puerta de toriles.

Bilbao. Sábado 24 de agosto de 2024. Penúltima de las Corridas Generales. Toros de San Pelayo (1º, desrazado; y 4º, bueno), para rejones, La Ventana del Puerto (2º, apuntillado tras descoordinarse, 3º, con calidad, de justo fondo; y 6º, noble, sin fuelle), Puerto de San Lorenzo (2º bis, devuelto tras lesionarse la mano izquierda; 5º, manso) y Valdefresno (2º ter, sin entrega, descastado), muy justos de presentación, segundos bis, quinto y sexto, protestados. El rejoneador Pablo Hermoso de Mendoza, silencio y dos orejas; y los diestros Diego Urdiales, palmas y silencio tras aviso; y Juan Ortega, oreja y ovación con saludos. Entrada: Un tercio de plaza. Sobresaliente: David Saleri. Saludaron El Víctor y Jesús Robledo “Tito” en el quinto.

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