Era la última corrida de su gran año y fiel a su filosofía de siempre, Sebastián Castella dictó un torero brindis a los hombres de su cuadrilla en la quinta de la Feria de El Pilar de Zaragoza. El diestro francés ordenó a todo su equipo a salir al ruedo para pronunciar unas sentidas palabras como colofón a un año brillante en el que acarició el cielo de Madrid y de Sevilla. De bien nacidos es ser agradecido. Como se dice en Francia, chapeau!