CATARATA DE EMOCIONES EN SEVILLA

Épica, dolor y gloria en la Maestranza

José Luis Benlloch
domingo 14 de abril de 2024
Tragos fuertes, un tiroteo constante, los victorinos amenazando, los toreros respondiéndoles. Los tres, que no les digan otra cosa. Escribano, Borja e incluyo a Roca Rey, metido voluntariamente en estos trajines

Una catarata de emociones. Tragos fuertes, un tiroteo constante, los victorinos amenazando, los toreros respondiéndoles. Los tres, que no les digan otra cosa. Escribano, Borja e incluyo a Roca Rey, metido voluntariamente en estos trajines. Los viejos revisteros en estos casos titulaban “La tila por las nubes” pues eso, aunque ayer no hubiese sido suficiente, que los cuerpos de estos tiempos no están habituados a esos subidones, así que añádanle un trankimacín, al menos uno.

Hubo exigencia feroz a la figura, ese público, de sol mayoritariamente, poniéndoselas de a cuarto a Roca Rey, ni en Madrid; el coraje, ambicioso de Borja Jiménez, que redondeó una faena de altos vuelos que solo afeó con la espada, pero que le sitúa entre las grandes atracciones de una temporada para la que ha pedido torear toda la camada de victorinos, así que vayan preparando tila y revisiones periódicas en el cardiólogo, que tragos así no hay cuerpo que lo aguante; claro que para tragos fuertes, sobredosis de vergüenza torera, épica descarnada, un tipo dispuesto a inmolarse por la gloria, lo de ese Manuel Escribano que se fue del paseíllo a la puerta de chiqueros que en Sevilla es la boca de una mina indescifrable; y de la puerta de chiqueros a la enfermería; y una hora y media después de la mesa de los doctores de nuevo a la puerta de chiqueros, que lo bravos no se rinden.

Aquel momento esperando al de Victorino, que no asomaba, la banda homenajeándole con un solemne pasodoble, no querías que acabase aquello o que siguiese la congoja, eso sólo pasa en Sevilla, luego los sombreros volando sobre la arena, el público entregado, faltaría más, y poco después, insaciable e inmisericorde pidiéndole que banderillease aún estando herido – ¡tila por favor! – y seguidamente una faena en los medios, territorio para las grandes batallas, trasteo de mucha categoría y el espadazo final y… Y del ruedo de nuevo a la enfermería. Esa gente es otra gente, los héroes del siglo XXI.

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