Manuel Escribano evoluciona favorablemente de la grave cornada sufrida el pasado jueves, día 30, en la plaza de Las Ventas. Tanto, que incluso ya ha comenzado a dar sus primeros pasos, ayudado por unas muletas. "Tras un proceso febril que entra dentro de la normalidad debido al desgarro muscular, el proceso de recuperación sigue su curso como se espera, consiguiendo ya levantarse con el ánimo y la superación que le caracteriza", afirman desde su entorno más cercano.
El torero sufrió una fuerte cornada de 25 cm en el muslo izquierdo, propinada cuando toreaba al natural a un serio y bravo astado de Adolfo Martín. La herida produce destrozos en musculatura aductora, vasto interno, contusiona vena femoral, lesiona colaterales..., pero, a pesar de ello, Escribano ya está de pie, lucha por volver lo más pronto posible a su casa en Gerena para empezar la recuperación y espera llegar a tiempo con su compromiso con los miuras en Utrera el próximo 22 de junio. Los toreros, no nos cansaremos de decirlo, están hechos de otra pasta...
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