Cortó tres orejas a toros de Carlos Núñez el 13 de abril de 1986, alternando junto a Curro Romero y José Antonio Campuzano.
Cinco puertas del Príncipe ha abierto Juan Antonio Ruiz “Espartaco” a lo largo de su carrera. La primera, en 1982, frente a toros de Jandilla; la segunda, en 1985, estoqueando toros de Manolo González, festejo en el que cuajó la faena de su consagración definitiva al colorado “Facultades”; la tercera, en 1986, con ejemplares de Carlos Núñez; la cuarta en 1987 con una corrida de Juan Pedro Domecq y la quinta y última el Domingo de Resurrección de 1990, el día de la alternativa de Julio Aparicio, cuando cortó tres orejas a una corrida de Torrealta. Esa última tarde, Juan Antonio igualó el número de puertas del Príncipe obtenido por Curro Romero.
El 13 de abril de 1986 actúa junto a Curro Romero y José Antonio Campuzano para lidiar un encierro con el hierro y la divisa de Herederos de Carlos Núñez. Es su segunda tarde en el abono -había actuado el Domingo de Resurrección anterior- y el extraordinario juego de su lote de toros le permite abrir por tercera vez en su carrera la Puerta del Príncipe. Así lo narró Filiberto Mira en APLAUSOS:
“Colosales -por nobles y de exhuberante clase- los dos ideales toros -tercero y sexto- que compusieron el lote de Espartaco. Insuperable el del Aljarafe que declamó, en la realidad del ruedo, todo un tratado de sublime tauromaquia. Genial en pura ortodoxia clásica. Colosal en ligar los ligados trances de inspiración gloriosa. Plenos sus aciertos en el lidiar y quintaesencia su torear de ensueño en el armónico conjunto de todos y cada uno de sus lances y sus pases. Idénticas en grandeza ambas faenas. Así como su torear de capa y su intervención en quites.
Imposible matizar los detalles -prosigue Filiberto Mira-, pues resultó difícil de superar la armonía del conjunto en el que un torerazo se encontró con un par de toros de fantasía y con ambos bordó el arte. Mató con la misma inspiración que acertó en capa y muleta.
Fue el toreo, lo que encarnado en Espartaco, en la histórica tarde del 13 de abril de 1986, lo que salió en hombros bajo el palio de la Puerta del Príncipe”, concluye.