La revolera

Experimentos, ni con sifón…

Paco Mora
lunes 06 de septiembre de 2010

¿Dónde hay un toro bravo?, clamaba Manolo Molés el viernes día 27 durante la trasmisión televisiva de la corrida de Bilbao en la que Morante, El Juli y Manzanares deberían haber lidiado seis toros de Zalduendo…

¿Dónde hay un toro bravo?, clamaba Manolo Molés el viernes día 27 durante la trasmisión televisiva de la corrida de Bilbao en la que Morante, El Juli y Manzanares deberían haber lidiado seis toros de Zalduendo y acabaron lidiando sólo cuatro, y otros dos de Torrealta tan descastados y “asquerosones”, versus Manuel Caballero, como los de Fernando Domecq. A la hora de buscar culpables del desaguisado que nadie escurra el bulto. Culpables la empresa que los compró y los toreros que tragaron, porque el ganadero está para vender toros, y si se los compran allá cada cual con su cada cuala. Todos sabemos que a esos toros “comerciales”, que tan buen resultado dan en Almería, Huelva, Alicante y demás plazas de segunda y tercera, si se les saca de tipo para que den el peso que exigen en Bilbao se les va el gas como a una gaseosa destapada.

El toro de Zalduendo es ideal para plazas toreristas y sin exagerar, porque basta recordar cómo una corrida de Zalduendo acabó con la primera parte de la mitología de JT en Barcelona, con el público puesto de espaldas y gritándole al coletudo: “¡Becerrista, becerrista, becerrista…!”. Fue el día de la reaparición de Paco Ojeda, cuando a JT lo apoderaba Arranz. Años después reaparecería y fue elevado a los altares de la Tauromaquia. Volvió a tomar la plaza de Barcelona, su plaza. Y se firmó la paz. Pero el día de los “zalduendos” quedó en la memoria colectiva de quienes presenciamos aquella corrida en la Monumental barcelonesa. Así es que, como dijo aquel: “Experimentos, ni con sifón”.

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