El recuerdo del torero de Orduña permanece inalterable, no sólo en el corazón de Europa, sino también en el de los profesionales y aficionados mexicanos. Y es que, el pasado domingo, saltó al ruedo de la plaza mexicana de Cinco Villas un toro llamado Fandiño, de la ganadería de Torreón de Cañas.
Una divisa que fue muy especial para el torero de Orduña y cuya finca fue su cuartel general en las temporadas que pasó en México, fruto de la amistad que tenía con la familia Uribe, propietaria de la divisa. El mundo del toro sigue sin olvidarse de la figura de Fandiño. No podía ser menos, porque como solía decir su apoderado, Néstor García, “nunca caminarás solo”. El León sigue rugiendo.