David Galván cuajó una tarde mayúscula en Zaragoza por la vía lírica en una obra de inspiración y personalidad al tercero y por la épica frente al peligroso sexto, que lo volteó de forma aparatosa tras tirarse a matar con muchísima verdad. Oreja con petición de la segunda y vuelta al ruedo. Buenos naturales de Ureña con un segundo a menos. La galería fotográfica del festejo, en el objetivo de José Salvador.