Fotos: JAVIER ARROYO
Comenzó el festejo con casi una hora de retraso por culpa de la lluvia. Mientras que acondicionaban el ruedo, las cuadrillas y los toreros deliberaban con el presidente del festejo si hacían el paseíllo o no. Al final, los tres decidieron torear y no dejar ayuno al público que aguantó meritoriamente la lluvia en los tendidos.
Tuvo argumentos el festejo. Tanto Finito como Varea dejaron detalles de torería cara, mientras que Cayetano estuvo muy dispuesto toda la tarde. El palco y la espada imposibilitaron que el torero de la tierra abriera la puerta grande.
Se gustó Finito de Córdoba en las verónicas de recibo al primero de la tarde. No acabó de entregarse el toro, mirón, metiéndose por los adentros y con mejores principios que finales. Le bajó la mano Finito desde el inicio de faena de muleta para gobernar la embestida, con toques fijadores para que se empleara. Labor basada sobre la diestra en la que hubo algún muletazo largo pero sin redondear el conjunto. Estuvo desafortunado con los aceros.
El cuarto salía suelto en los primeros compases de la faena de muleta, y aunque siempre se quiso marchar a tablas, cuando lo sujetó Finito acabó embistiendo con calidad. Faena de menos a más, paciente, de largo metraje y repleta de una torería y un sabor sin igual. Un natural superlativo, encajado el torero y desmayado a la vez, rompiendo muy atrás el viaje, fue una delicia. El kikirikí y un pase de pecho a la hombrera contraria, de categoría superior. Las pinceladas, los remates, la manera de cuadrar al toro… Desafortunadamente la faena no encontró rúbrica con los aceros. Cerrada la ovación para el torero.
Precioso el ramillete de verónicas y la media con la que recibió Varea al tercero. Torerísimo el galleo para llevar el toro al caballo. La media belmontina con la que abrochó el quite de después fue un cartel de toros. Ya apuntó su buena condición el toro de salida. Galopó con alegría y franqueza en banderillas y tanto Ángel Otero como Diego Valladar tuvieron que desmonterarse. En las primeras tandas le costó a Varea acoplarse con el toro, pero de mitad de faena en adelante llegaron los momentos más redondos: algún natural de trazo largo, el toreo desmayado… y el sabor en la trincherilla y el de la firma. Buen toro este tercero, con muchas cualidades y enclasado, y toreo caro, por momentos, de Varea. Mató de un espadazo fulminante. Oreja con fuerte petición de la segunda y bronca al palco.
El sexto se lo brindó Varea a sus compañeros como gesto de agradecimiento por decidir hacer el paseíllo en condiciones tan adversas. Se lo sacó Varea a los medios con distinguidas y sabrosas maneras. Faena de más voluntad que brillo por las condiciones del toro, que lanzaba una tarascada al final de cada viaje. Muy decidido el castellonense, que quiso amarrar el triunfo pero esta vez la espada sí le impidió abrir la puerta grande. Mató de pinchazo y estocada casi entera.
Con una larga en el tercio recibió Cayetano al segundo de la tarde, que salió espoleado por alguna voz disconforme tras la faena de Finito. Los mejores pasajes de Cayetano surgieron en las primeras tandas al natural, por donde embistió el toro con edulcorada nobleza. Llegaron arriba los circulares sobre la diestra, antes de amarrar una gran estocada arriba, que fue determinante para la concesión de la primera oreja de la tarde. Poco pudo hacer con el manso quinto, salvo unos molinetes de rodillas y una buena estocada que desataron una leve petición.
Castellón. Domingo 31 de marzo de 2019. Feria de la Magdalena. Toros de Olga Jiménez (1º y 5º), Peña de Francia (2º) y García Jiménez (3º, 4º y 6º), desiguales de presentación y de juego variado, destacando el excelente tercero. Finito de Córdoba, silencio tras aviso y ovación con saludos tras aviso; Cayetano, oreja y ovación con saludos tras petición; Varea, oreja con fuerte petición de la segunda y palmas. Entrada: Un tercio de plaza. Se desmonteraron en el tercero Ángel Otero y Diego Valladar.
