Creer en España es distinto a creer en sus políticos o sus gobernantes. Creer en España es incluso creer a pesar de ellos. Nadie duda, al menos yo no dudo, de que la gestión de medidas contra esta “peste” urbanita, que se ceba en las ciudades, se dejó a un lado porque una semi adolescente en el poder tenía el capricho ideológico de una Ley sobre sexualidad hacia la mujer y una manifestación, o macro botellón, el día 8, cuando el toro salía en Olivenza como principio y punto y aparte de la temporada. Esa es una realidad de nuestra clase dirigente y hemos de decirlo alto y claro.
Lea AQUÍ el artículo completo en su Revista APLAUSOS Nº 2.216
Lea AQUÍ el artículo completo en su Revista APLAUSOS Nº 2.216 para iPad
Lea AQUÍ el artículo completo en su Revista APLAUSOS Nº 2.216 para Android