LA PÁGINA DE MANOLO MOLÉS
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Héroes de la pandemia

Manolo Molés
martes 13 de octubre de 2020

Se van apagando las tenues luces de una temporada maldita para la Fiesta. No recordamos nada igual, tan duro, tan peligroso, tan negativo, que dejó la campaña en un esbozo de guerrilla contra los elementos que se llevaron todas las ferias de lujo y nos dejaron algunas tardes en tono menor, sobre todo tan distante de lo que es, fue y ha sido una temporada de verdad. Se agradecen los parches. Mejor eso que nada. Me parece muy solidario que toreros con nombre, y alguna figura, hayan arrimado el hombro sin apenas cobrar. Porque lo primero era paliar la ardiente necesidad de las cuadrillas maltratadas por los políticos y gobernantes con el antitaurinismo grabado en su cartera ministerial. Y lo peor es que en la política que vivimos y soportamos todos están contra todos menos los que se han aliado entre el rojo y el negro. Yo vengo de una familia adinerada y trabajadora en la que la naranja de calidad era un tesoro. Y se la llevaban los alemanes y los franceses. Calidad y buen precio. Ahora todo es fruta verde, del Congo o de Israel, que ni sabe, ni vale. Se han perdido hasta los sabores. En la Fiesta no me gustaría que sucediera y que “todo vale” con tal de tapar el agujero.

Me parece muy solidario que toreros con nombre, y alguna figura, hayan arrimado el hombro sin apenas cobrar. Porque lo primero era paliar la ardiente necesidad de las cuadrillas maltratadas por los políticos y gobernantes con el antitaurinismo grabado en su cartera ministeria

El año es tremendo. Me asomo a mi tierra de Valencia y me encuentro con la tal Mónica Oltra, de Compromís, que se supone que es gente que conoce la historia y los gustos de nuestra tierra. De repente quiere acabar con los toros metiendo las narices donde no le llaman. Esta semana anterior, en Francia (siempre encuentro allí lo que me falta aquí), la Asamblea Nacional (que no es cualquier cosa) rechazó rotundamente tres prohibiciones a la fiesta de los toros por parte de animalistas y antitaurinos. Y los políticos nacionales por unanimidad rechazaron las tres enmiendas. Y aquí viene el tonto de las pelotas y nos da todo el día la tabarra. André Viard es un gran defensor de la Fiesta a alto nivel. Y logró también que tampoco se prohibiera la entrada a las plazas a menores de 16 años. Por qué diablos ahora hay gente que quiere imponer lo que depende de la razón de los padres y de la gente adulta. Liquidados en las Galias una vez más.

Aquí hay cosas importantes. Una es que Javier Cortés (ese sabe torear, dijo Chenel viéndole de novillero en Madrid) va camino de recuperar la visión gracias a la técnica y a los doctores. Este es un año a veces de migas para ir tapando el hambre de la Fiesta entera. Pero ha resucitado a Daniel Luque y a Emilio de Justo (dos figuras sin romance ni cuentos de Calleja). Yo me alegro porque el pasado algunas veces vuelve y Finito, mi amigo, tras tardes huecas, ha vuelto a desempolvar el libro del toreo. Y lo ha vuelto a bordar.

Queda el remate si el tiempo lo permite. Ojalá que sí. Y ya hay que mirar al futuro. Otro año así y se va todo al pozo del olvido. Si hay pandemia, todos jodidos, pero si escampa, mengua o desaparece, no puede ser que esto mejore si Madrid, Sevilla, Barcelona, Valencia, Bilbao, Zaragoza, Córdoba, Pamplona, San Sebastián y Málaga no existen. Y menos si algunos han estado rascándose la barriga un año entero.

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