Pues los de Alcurrucén tampoco. Por presentación no ha quedado. Han salido de los chiqueros seis buenos mozos con su leña correspondiente y evidente trapío visual. Luego, en la arena no ha roto ninguno, con matices…
Pues los de Alcurrucén tampoco. Por presentación no ha quedado. Han salido de los chiqueros seis buenos mozos con su leña correspondiente y evidente trapío visual. Luego, en la arena no ha roto ninguno, con matices pero… ¡Y vive Dios qué hubiera apostado por ellos! Es lo más puro que queda de Núñez y eso, aunque le cuesta calentar motores, suele embestir con codicia y por abajo. Pero que si quieres arroz Catalina, porque esta tarde, o los buenos se han quedado en el campo o los que han ido a Valencia se han contagiado de la ola de frío que azota el Mediterráneo.
El tercero parecía que sí pero al final ni flores, y eso que Jiménez Fortes se ha pegado el arrimón. Urdiales lo ha intentado todo y les ha corrido la mano hasta donde ha podido pero aburrido él, aburridos los toros y aburrido el personal. Así no hay manera. David Mora ha jugado fuerte con el quinto y entre miradas al pecho, miradas al tendido y desprecios del alcurrucén ha conseguido demostrar su buen momento. De haber metido la espada al primer envite como la metió en el segundo, habría paseado una oreja. Pero ganada en la guerra de trincheras. Vamos, que no ha habido munición esta tarde tampoco en la guerra de los encastes. Como mañana los de Fuente Ymbro no enmienden la plana, ¡vaya petardá que habrá resultado la etiquetada Feria de los Encastes de Simón Casas! Y es que lo que no puede ser, no puede ser y además es imposible. Vamos, que sin sangre no se pueden hacer morcillas…
