TAL DÍA ESTA SEMANA… 20 DE MARZO DE 1993

Impactante presentación en Valencia de Vicente Barrera

Alfonso Ávila
lunes 20 de marzo de 2023

Más de media plaza en novillada matinal. Se lidiaron seis novillos de la ganadería de Jandilla que dieron un excelente juego, siendo todos ovacionados menos el quinto. Manolo Carrión (oreja y oreja), Francisco Rivera Ordóñez (vuelta al ruedo tras petición y oreja con petición de la segunda) y Vicente Barrera (oreja con petición de la segunda y vuelta al ruedo tras aviso). Los tres novilleros acompañados por el ganadero Borja Domecq y el mayoral de Jandilla dieron una triunfal vuelta al ruedo al término del festejo, mientras Manolo Carrión salió por la puerta grande y Rivera Ordóñez, por la puerta de cuadrillas. Este festejo, programado para el 14 de marzo, fue aplazado por la lluvia.

Una vez más por encima de los trofeos se impusieron los sentimientos de la afición y años después de aquel festejo se recuerda la buena impresión general que causaron, pero sobre todo el impacto que produjo Vicente Barrera.

“Un quite frustrado al novillo de un compañero en el que Vicente salió trastabillado convirtió por un momento el escepticismo en abierta desconfianza, pues dejó entrever una falta de técnica preocupante. La historia cambió cuando salió su primero y tras cumplir con la capa, fue coger la muleta y lo puso todo del revés. Ni escépticos, ni paisanos, ni forasteros, ni guiris… nadie escapó del asombro. Barrera asentó los pies en el suelo, elegante tal cual se mostraba en la calle, y les hizo sendas faenas que si llega a rematar certeramente con la espada la cosecha orejera hubiera sido de época. Tampoco hizo falta, eso quedaría para tardes sucesivas. Al acabar la novillada no se hablaba de otra cosa que de las cosas que había hecho Barrera”.

“Vicente Barrera asombró absolutamente a todo el mundo. Nadie se esperaba aquel lío que formó aquel debutante que, además, se presentaba con un bagaje ciertamente corto y poco brillante. Esta mañana se llevó una oreja con fuerte petición de la segunda tras su primera faena y dio una vuelta al ruedo tras escuchar un aviso al doblar el utrero que cerraba plaza. Para entonces la plaza ya había enloquecido”. Como relató nuestro director José Luis Benlloch en el libro sobre dicho torero: “Su toreo vertical, de pies clavados en la arena, impávido, valiente a carta cabal, sereno y mayestático, cautivó a los aficionados que aquella mañana se habían dado cita en el coliseo valenciano. Y en los muchos profesionales que, con los ojos abiertos como platos, preguntaban por aquel  fenómeno. Nadie daba crédito a lo que había sucedido, pese a que todos lo vieron”.

Aquella misma tarde, tras las oportunas mediaciones de Álvaro Domecq y los hermanos Lozano, listos y avispados como los que más, ya se habían hecho con los poderes de aquel novillero que iba a revolucionar el panorama taurino a partir de entonces.

Un mes más tarde, en la festividad del día de San Vicente -ojalá fuera una fecha recuperable para la temporada valenciana- con el mismo cartel era repetido en esta misma plaza, logrando abrir la ansiada puerta grande tras cortar dos orejas.

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