COLOMBIA

Indulto de Román y gran despedida de El Cid de Manizales

Triunfal corrida de Santa Bárbara, con un toro, Castellano de nombre, al que se le perdonó la vida; Sebastián Hernández, que tomó la alternativa, con una oreja en cada turno, también salió a hombros
Paulo Andrés Sánchez Gil
miércoles 08 de enero de 2020

Fotos: RODRIGO URREGO B.

Se despidió de la afición que lo erigió ídolo hace quince años cuando llegó por primera vez a Manizales, Manuel Jesús “El Cid”. Y lo hizo con el afecto de esta plaza. En el segundo de la tarde impuso su magisterio y cuajó una faena rotunda, de menos a más y con la virtud de haber dado el sitio correcto a un buen toro. La faena en los medios tuvo casi todo, pases de todos los calibres pero siempre al alza, dos series de naturales a pies juntos que pusieron a hervir la plaza y a la presidencia a ordenar que sonara Feria de Manizales, que en esta plaza suena para las faenas excepcionales. La justa medida de toro y torero. Una oreja, con justicia, resultó escaso premio, pues ya el rasero se había malversado.

En el cuarto, el de la despedida, el toreo llegó en la dimensión del afecto recíproco que se prodigan afición y torero. Temple a la verónica, pausa, encaje y poderío. El gusto en el quite, para luego plagar la tarde de simbolismo, poniendo El Cid las cosas en su sitio. No tuvo ni un pase por el pitón izquierdo y fue allí donde la dimensión estuvo en lo que pudo hacerle desde la hondura del alma, para que la recompensa estuviera a la altura, los excesos presidenciales fueron cosa del presidente. Se perdonan las dos orejas porque dijo adiós un referente de esta plaza, aunque la cuenta también recordará la vuelta al ruedo que con ligereza concedió el palco al toro. De cualquier manera la plaza dijo: Cid, torero, torero, torero.

Román indultó al quinto. Fue su reivindicación en Colombia. Valió la pena esperarlo, porque esa faena fue la de más contenido de una tarde triunfal. Desde el primer pase, el toro se rebosó en la muleta de Román y las dos orejas simbólicas como premio a una faena que no tuvo recatos y sí la entrega mutua, la rotundidad, el compromiso… y los toros de bandera. Antes, en el tercero, que tuvo poca fuerza y apenas transmisión, dejó escasos detalles con la mano derecha, logrando conectar con el tendido para dar argumentos al usía de por qué premiar lo que no logró alzar vuelo. Una anécdota numérica que cuenta ante todo para la estadística de la tarde.

Sebastián Hernández ya es nuevo matador de toros. Fue la alternativa soñada: salió en volandas como sus compañeros de cartel pero la distancia de lo conseguido por unos y otro es kilométrica aún. Sin embargo, la puerta grande lo reta para que el camino que hoy emprende lo siga nutriendo de experiencias como la de esta tarde en la que con todo cuesta arriba se dejó la piel en el ruedo para saberse torero hoy más que nunca. Encimista y emotiva la faena del doctorado. Correcta la del sexto, otro extraordinario toro con el que hizo un gran esfuerzo para plantarle cara.

Manizales (Colombia), martes 7 de enero de 2020. Toros de Santa Bárbara, de impecable y variada presentación. Bravos y nobles en su conjunto. El quinto, de nombre Castellano, número 931 y de 472 kilos, indultado. Premiados con la vuelta al ruedo segundo y cuarto. Manuel Jesús “El Cid”, en su última actuación en esta plaza, oreja y dos orejas; Román, oreja y dos orejas simbólicas; Sebastián Hernández, que tomó la alternativa, oreja y oreja. Saludaron Ricardo Santana en el primero; José Luis López “Lipi” en el segundo; y Emerson Pineda y José Calvo, en el cuarto. Al final del festejo salieron a hombros los tres toreros y el ganadero Carlos Barbero.

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