“Se sospechaba que Jesulín haría algo especial para festejarlo. Lo hizo. Dejó pasar el tiempo de forma consciente para dejarse vivo el toro. Montó su propia rueda de prensa en el callejón y alegó descaradamente que no había oído los avisos”, escribía nuestro compañero Paco López para Aplausos.
Ese toro tenía un buen pitón izquierdo, y fue manejable por el otro, lo que permitió que Jesulín toreara por ambos lados ligado y templado, alargando la faena hasta dejar sonar los tres avisos sin tan siquiera entrar a matar, siendo el toro devuelto a los corrales y originándose una monumental bronca.
Salió enrabietado a capotear al quinto, realizándolo con variedad y ganas. Comenzó la faena de rodillas para después desplegar toda su tauromaquia ante un toro extraordinario. Tal como escribía Alberto Simón para Diario 16: “Realizó ante este animal,sus dos tipos de toreo. El de series largas y templadas, ligando una barbaridad los muletazos por ambos lados en series extensas. Pero también la de su pseudo ojedismo, en la que se mete entre los pitones y pega su ya famoso muletazo de la tortilla, los circulares interminables y los alardes de rodillas. Sólo fue concedida una oreja, a pesar que se pidió con insistencia el doble trofeo”.
Por su parte, Joselito, que formó parte de ese cartel, no se acopló por culpa del aire en sus dos enemigos. Eso sí, destacó el toreo serio y sublime de siempre, de Finito de Córdoba, que en una faena antológica bordó el toreo y puso la plaza boca abajo. La faena era de rabo, pero un pinchazo y un descabello, antes y después de la estocada, lo dejaron en una oreja con petición de otra.
En declaraciones a la agencia EFE al término del festejo, declaró: “En este momento me siento el número uno”, dijo Jesulín. Acerca del récord establecido de corridas toreadas en una temporada decía: “Llevaba mucho tiempo con esa idea metida en la cabeza. Quería ser el que más toreara, y hoy puedo decir que lo he conseguido de verdad”. Respecto a lo sucedido en su primer toro, explicó: “La verdad es que no llegué a darme cuenta de lo que pasaba. Me dieron los tres avisos y ni siquiera había entrado a matar. Estaba distraído y se me fue el santo al cielo. Cuando me acerqué al callejón para recoger el estoque, el mozo de espadas me dijo que ya habían devuelto e toro”.
Esa campaña, Jesulín de Ubrique la finalizó con 153 corridas de toros. En 1995 estableció un nuevo récord con 161 festejos toreados. Precisamente en esa temporada fueron cuatro diestros los que superaron el centenar de corridas: Jesulín de Ubrique (161), Litri (133), Manuel Díaz “El Cordobés” (126) y Enrique Ponce (120). En 1996 realizó el paseíllo en 121 corridas. Números muy lejos de los que se dan en la actualidad.
Albacete. Se lidiaron seis toros de El Torero, bravos y nobles, destacando los lidiados en quinto y sexto lugar. José Miguel Arroyo “Joselito” (ovación con saludos tras aviso y oreja tras aviso), Jesulín de Ubrique (bronca tras tres avisos y oreja) y Finito de Córdoba (silencio y oreja).