Joaquín Galdós cuajó en la apertura de la feria de Chota una tarde redonda. Un impacto. Un clamor con Galdós convertido en el ídolo popular que desató la locura tras cuajar dos faenas importantes. A hombros le llevaron hasta el hotel tras desorejar al sexto toro de la tarde. En su primero, al que firmó una labor de gran intensidad, perdió los máximos trofeos por pinchar. Galdos cautivó en una feria donde está anunciado tres tardes consecutivas. Y llenó.
Junto al diestro peruano hicieron el paseíllo Finito de Córdoba, que fue silenciado frente a un lote que dijo muy poco, y Diego Urdiales cortó una oreja del segundo de su lote en una faena donde dejó muletazos de bella factura. Se lidiaron ejemplares de Viña Paijan y Santa Rosa de Lima.