Juan Ortega está de vuelta. El torero volvía a estar activo este martes en redes sociales después de unos meses, y este miércoles ha concedido su primera entrevista tras la polémica con la suspensión de su boda en Herrera en Cope, programa que presenta el periodista y aficionado taurino, Carlos Herrera.
“Me voy la semana que viene a México, toreo en León, estaremos cuatro o cinco días y nos volvemos, toreamos pronto en España”, comenzó diciendo Juan Ortega, que arrancará temporada española en Valdemorillo, comentó que “los platos fuertes vienen en marzo, con Olivenza, Castellón y Valencia. Está muy bien planteada la temporada, como yo siempre he querido y soñado, es fruto de la temporada pasada que viví una de las mejores de mi vida”. El diestro sevillano también despejó, por si hubiera alguna duda, su presencia en los cosos de mayor relevancia internacional, “estaremos en Madrid, voy dos tardes, también iremos a Sevilla”.
Herrera le preguntó sobre la polémica del cartel del Domingo de Resurrección en Sevilla, a lo que Ortega contestó tajante: “Mira, yo no voy a torear el Domingo de Resurrección, pero si te soy sincero tampoco sé muy bien que ha pasado. Estos días atrás, bastante tenía yo con lo mío como para encima estar pendiente de los problemas de los demás”.
“Como decía Belmonte, se torea como sé es y como se está, entonces cuando está uno delante del toro estás desnudo y si tienes problemas o arrastras problemas… normalmente a los toreros se les nota en la plaza”, respondió Ortega sobre si los problemas personales se notan en la cara del toro, “uno ya no es un niño y además tienes años de alternativa, intentaré que se me note lo menos posible este año”, continuó.
La parte central de la entrevista la ocupó un tema personal pero que ha condicionado el final de año del torero. Estaba prevista su boda en Jerez para principios de diciembre, pero Ortega decidió la mañana del enlace anular el compromiso, “entiendo el follón que se formó pero no me imaginaba que iba a levantar tanto revuelo. Me he refugiado con mi gente, en mis cosas, y sobre todo me refugio en el toreo, que es mi forma de vida y donde tengo puestas todas mis ilusiones”, afirmó el diestro, que añadió: “Desde que saltó la noticia se han dicho muchas cosas, que como te podrás imaginar, la mayoría no son ciertas. La única verdad es que Carmen y yo somos dos personas que nos queremos mucho, teníamos una relación muy buena en muchos aspectos pero yo venía arrastrando una serie de problemas y de dudas que no fui capaz de resolver. Asumo mi equivocación y pido perdón, no por la decisión en sí, sino por el momento, tomar una decisión así horas antes y con todo organizado, entiendo el daño que puedes causar y el trastorno. ¿El dolor? Hubiese sido una hora o un mes antes hubiera sido el mismo, pero entiendo que las circunstancias sí hubieran sido distintas”.
En todo este revuelo, Ortega quiso tener buenas palabras para la que fuera su prometida, “yo sólo puedo tener buenas palabras de Carmen, es una mujer diez, me ha hecho crecer como persona y como torero, siempre me ha apoyado en todo, al igual que su familia, siempre me han tratad como un hijo y me han dado mucho cariño. Si por algo estoy sufriendo es por haberles hecho daño a ellos. Aquí el único responsable de la situación soy yo, no intervinieron otras personas, se ha dicho que si el cura, el padre de la novia, un amigo de Juan… nada, es todo mentira. Tomé yo la decisión sabiendo las consecuencias que tenía. Para mí el matrimonio es suficientemente serio como para hacerlo con dudas. Asumo que lo gestioné mal”, añadió.
“Aquella decisión no fue fruto de un arrebato ni de un calentón, soy una persona templada, me gusta pensar las cosas. Estaba solo en mi habitación, la primera persona a la que llamé para decírselo fue a Carmen, como es lógico, luego a mis padres y luego al cura. A partir de ahí, consecuente con mi decisión”, respondió el diestro sobre cómo fue la mañana de la boda y tomar esa decisión. Herrera preguntó cómo fue esa conversación con ella, “fue dura”, dijo el diestro, “el momento tiene poca explicación, pero de verdad, lo de menos era la boda, lo que verdaderamente importa es que se termina una relación con una persona a la que quieres. Al contrario de lo que se pueda pensar la gente, seguimos manteniendo cariño y respeto, los dos tenemos mucha paz. Hemos peleado mucho pero las cosas no han salido para adelante”, añadió.
Pese a lo invites de la prensa, sobre todo la del corazón, por romper el silencio de la familia, Juan Ortega agradeció que se mantuviera todo el mundo al margen. Así lo contó: “Conozco a Carmen y a toda su familia, sé como ellos son, de su educación y su forma de andar en la vida, y al final son gente que lo que le importa éramos Carmen y yo, todo lo demás sobraba. No ha habido ningún afán de protagonismo, ni por su familia ni por la mía. Han tenido ofrecimientos de todo pero no se les ha pasado por la cabeza en ningún momento”.
“En esos momentos lo fácil hubiese sido tirar para adelante, ya estaba todo organizado, pero yo creo que si hubiese sido así y el día de mañana las cosas no van bien y yo me tengo que separar o si hay hijos de por medio, no me lo hubiese perdonado nunca”, contestaba Ortega, que para rematar la entrevista, hizo una reflexión sobre su devenir en el presente año taurino. “Yo estoy metido en mi temporada, sí me gustaría que tanto a Carmen como a su familia, que no tienen ninguna responsabilidad, los dejasen tranquilos. Ya sabe la gente lo que pasó, yo he sido el único responsable y asumo lo que pasó. Si ahora durante un tiempo hay medios y cosas, no me importa. Estoy ilusionado con la temporada que tengo por delante”, remató el sevillano.
