BENLLOCH EN LAS PROVINCIAS

La batalla de San Isidro trajo consecuencias

José Luis Benlloch
domingo 12 de junio de 2022
Morante, Juli y Roca defienden su estatus ante el empoderamiento de Rufo y Téllez

Camino de las afables ferias sanjuaneras pasó el duro, difícil y potente San Isidro que todo lo altera, incluidos los ánimos de los espectadores, ya se sabe, prohibidas las tardes planas, ni un día sin una bronca, sin un triunfo, sin una queja, sin una deserción, ¡mañana no vengo, pero vuelven!, esa es la grandeza del toreo, que vuelven, y a pesar de eso o precisamente por eso, los llenos se han sucedido cual prueba del algodón, los toros interesan, solo hay que ofrecer ambiente y calidad, respetar lo fundamental y explorar nuevas fórmulas, no rendirse, tampoco ante los fundamentalistas, que la solución está en el lado opuesto del inmovilismo. Los resultados invitan a tomar nota.

Las estaciones próximas en la Comunidad son Alicante y Castellón, que no se conforma con la Magdalena y anda explorando en mejores climatologías y se suma a las celebraciones del solsticio de verano con carteles de los llamados de lujo. Entre una y otra, con la Feria de Julio a la espera de oficializarse, (jueves, 15 de junio en el mismísimo ruedo anunciará novedades) recogen las consecuencias de San Isidro y acartelan lo más florido del escalafón.

Alicante y Castellón presentarán en San Juan el nuevo orden del escalafón

Del pesimismo, del esto no tiene remedio, se ha pasado a un estado de ilusión general. El último San Isidro ha supuesto un gran éxito de público en un momento crucial. Cuando se temían unos efectos desertificadores por aquello de la pandemia se pasó la prueba como si no hubiese habido pandemia -los daños colaterales en ese territorio son corregibles, lo que no tiene corrección es lo que no existe y si hay que poner más control a los excesos juveniles en el entorno se pone, que ver Las Ventas con vida no tiene precio-; y hubo grandes éxitos de toreros y de ganaderos; hubo decepciones, cómo no, de Talavante se esperaba otra cosa o por lo menos más rebelión ante el infortunio y otro tanto de los jóvenes del arte que llegaban como abanderados del futuro; y hubo hasta síndromes de abstinencia cuando el lunes 6 de junio, a las siete de tarde, después de treinta días ininterrumpidos de toros te preguntabas dónde puñetas ir.

LAS COSAS DE MORANTE

No puede extrañar que de Las Ventas se haya salido con el tablero de la temporada revuelto y mejorado. Morante, por si le faltaba algo en esta su temporada del asombro, hizo arder Madrid, como cuentan que lo hacían las grandes estrellas, en la calle y en la plaza, de día y de noche. Hubo fuego mañanero, no me gusta el desnivel del ruedo pongo por caso y todos a temblar; hubo fuego vespertino e igual se instalaba en el tercio del no lo veo claro, que vuelen las almohadillas, que asentaba sus reales en el de enfrente ¡así se torea! y todos emocionados clamaban hosannas al dios tauro ¡de dónde saliste Morante!; y si hubo fuego nocturno, que debió haberlo, ese lo dejo en manos de la leyenda y la imaginación popular que los artistas tienen derecho a su intimidad. El caso es que su arranque de feria hizo dudar a más de uno, pero le bastó una faena, una, la última, para poner su estandarte en lo más alto y marcar diferencias. Ni las excentricidades, ni sus inclinaciones políticas, ni algún exceso indumentario, nada le impidió moldear la gran obra de la feria y de muchas ferias.

Madrid, ni un día sin bronca, ¡mañana no vengo, pero vuelven!

Juli por su parte rindió, al fin, la resistencia de su pueblo que había elegido durante veinte largos años encastillarse en la sinrazón antes que reconocerle su capacidad lidiadora a la altura de los más grandes maestros que su Madrid tuvo; Roca Rey tampoco se rindió, ni nadie logró apearle de su pedestal, el peruano fue una furia con el capote, con la muleta, de pie, de rodillas… nadie le doblegó, solo la espada le apartó de las recompensas numéricas.

Y LOS JÓVENES

Lo más esperanzador del ciclo fueron los impactos de dos jóvenes, Tomás Rufo, que ya venía avisando, y Ángel Téllez, que lo hizo desde la más absoluta sorpresa. No hay mejor medicina para el futuro que las novedades. Curiosamente, cuando los últimos alumbramientos llegaron con la bandera de la sevillanía, dos toledanos recios, de plantas asentadas, valor largo y pulso firme, que eso también es arte, se erigieron como las grandes novedades del duro San Isidro. Lo tendrán que ratificar, como todos, pero de momento han asaltado la cabecera de las novedades. Aquí no se puede encantar nadie y la ola buena ha saltado en los mares manchegos.

Dos toledanos de valor largo y pulso firme, que eso también es arte, han asaltado la cabecera de las novedades

Y con ese ambiente llegamos a la explanada sanjuanera, un respiro para los lidiadores que encontrarán la complicidad necesaria de la audiencia y un toro inspirador, lo justo para tomar aliento ante los repechos de julio, Pamplona y Valencia en el horizonte.

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