Se ha dicho muchas veces que hoy se torea mejor que nunca y hay que reconocer que, salvando determinadas excepciones, es muy cierto. Porque, pese a los años transcurridos, torear con la izquierda con más naturalidad, ritmo y cadencia que lo hacía Pepín Martín Vázquez, y salir de la cara de los toros con el garbo y torería del hijo del señor Curro Vázquez, todavía no ha nacido quien. ¿Qué fue algo excepcional? Pues claro que sí. Como lo fue el estilo luminoso, valiente y repleto de gracia torera del también sevillanísimo Manolo González, que llenó de alegría tantas tardes de los verdes años de los aficionados de mi generación.
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