Leer una noticia

La sopa, con tropezones

Carlos Ruiz Villasuso
viernes 08 de octubre de 2010

Otoño caliente, invierno movido. Lo de Cataluña ha servido para mover conciencias, o cabezas. Sirve también para retratar y retratarse. Para quitar máscaras. El asunto, políticamente, es cristalino. Se hace política con el toro, se hizo antes y se hará y se utiliza y utilizará. La cuestión está en por qué se hace. Y la respuesta es aún más cristalina. Porque el político, éste u otro, se siente con la capacidad de hacerlo al tener enfrente un espectáculo sin unidad y un espectáculo que vive con inseguridad jurídica. Es decir, que no tiene masa social dirigida y unida (por tanto no hay voto útil, al contrario de los antitaurinos) y que se desarrolla pensando que quizá mañana sea ilegal o prohibido aquí o allá. Si le añadimos un IVA, es decir, que las administraciones son las que conceden las plazas y dictan las normas, decidimos que las administraciones (políticos) tienen al toreo aferrado por los güevos.

Lea el artículo completo en su revista APLAUSOS

Síguenos

ÚLTIMAS NOTICIAS

Cargando
Cargando
Cargando
Cargando
Cargando
Cargando
Cargando
Cargando