TAL DÍA ESTA SEMANA… 12 DE DICIEMBRE DE 1976

La tarde de los tres toros indultados en la Santamaría de Bogotá

Alfonso Ávila
martes 12 de diciembre de 2023
Santiago Martín "El Viti", Palomo Linares y Enrique Calvo "El Cali" perdonaron la vida a tres toros de la ganadería de Vistahermosa en una histórica tarde

Aunque la fiesta brava colombiana vivía sus mejores años en cuanto a toreros, había preocupación en las ganaderías por la escasez de sementales. Un grupo de ganaderos abogó por el indulto a los toros más bravos para sirvieran de simiente a las diferentes ganaderías del país. La propuesta surgió ante la negativa del ministerio de Agricultura de permitir la importación de sementales desde España para prevenir la fiebre aftosa.

Ese mismo día que los santacoloma de Francisco García y su hijo Antonio se ganaron el corazón de los taurinos de la capital, se estrenó un nuevo reglamento, que estableció en 435 kilos el peso mínimo de las reses para la lidia. Reproducimos el relato del magnífico libro “La Santamaría, 90 años de primera” de Víctor Diusaba, Diego Caballero y Rodrigo Urrego, en lo referente a dicha corrida.

“La primera gran faena de la tarde llegó con Rompegala, el cuarto toro de la tarde, que pesó 452 kilos y con el que Santiago Martín “El Viti” se reveló como uno de los mejores toreros de la época. Ligó naturales en series de seis y hasta ocho pases rematados con pectorales de perfecta ejecución”.

Foto: Manuel H. Rodríguez

El quinto de la tarde, Rehiletero, fue el toro con el que Palomo Linares se metió en la apoteosis de la tarde. “Don Sebastián no es Palomo de Linares, sino Cóndor de los Andes, su toreo de capa espatarrao, llevándose los toros hasta las femorales, cargando la suerte… Y luego su toreo de muleta, embraguetado. Torero macho”. Con Rehiletero, Palomo inició su larga lista de toros indultados de la divisa roja y gualda de Vistahermosa.

Enrique Calvo “El Cali” cortó una oreja a su primer toro, al que se le dio la vuelta al ruedo y con el que empezaba a quebrar su mala racha en los sorteos en la Santamaría. Antes de que saliera su segundo toro, el sexto de la tarde, El Viti y Palomo ya tenían las llaves de la puerta grande. Pero en los corrales quedaba Soleares, el toro con el que Enrique se unió a la locura colectiva que ya era la Santamaría. “Difícil tuvo la papeleta al tener que enfrentarse al Viti y Palomo Linares. La constatación ponía casi insalvable la papeleta. Pero El Cali, valor indomable, superó la prueba y alcanzó casi inasequible: equipararse a Palomo y anotarse los mismos trofeos. Tres orejas fueron a parar a su esportón. Y en el pensamiento de los buenos aficionados una esperanza y una gran ilusión: la de haber encontrado en Enrique Calvo un ídolo. Y algo más: una figura antológica del toreo americano capaz de competir con las de toda España, que es tanto como decir del mundo entero”.

Así fue reseña de la tarde en la revista El Ruedo, que tituló la crónica: “La bravura que inmortaliza”. Al finalizar la tarde, el albero se inundó de aficionados que sacaron en hombros al ganadero Antonio García y a los toreros El Viti, con su terno azul noche y oro; Palomo Linares, con su tradicional blanco y plata; y El Cali, de celeste y oro.

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