HASTA EL 3 DE SEPTIEMBRE

La tauromaquia de Goya y Picasso se expone en Madrid

Redacción APLAUSOS
lunes 26 de junio de 2023
Los grabados de Goya y las aguatintas de Picasso se pueden visitar en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando

Las series sobre la tauromaquia de Goya y Picasso se exponen frente a frente hasta el próximo 3 de septiembre en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando en Madrid, en una muestra que en octubre viajará a Málaga.

Por primera vez se muestran al público las 33 planchas originales de cobre de la serie “La Tauromaquia de Goya (1816)” -siete de ellas grabadas por las dos caras- junto a las 40 estampas resultantes; frente a ellas, las 26 aguatintas de Picasso, más la cubierta del tratado sobre la lidia al que iban destinadas, de 1957.

En total son 104 piezas, a las citadas se suman otras cuatro estampas de Goya de la serie “Toros de Burdeos”, de 1825. La muestra ha sido organizada junto a la Fundación Bancaria Unicaja y en colaboración con el Museo Picasso de Málaga, con motivo del 50º aniversario de la muerte del pintor malagueño.

Víctor Martín, comisario de la exposición, ha destacado la importancia de poder ver por primera vez juntas todas las planchas de Goya y ha reivindicado su valor como patrimonio universal. La última vez que se realizó una estampación con ellas fue en 1983, a partir de entonces la Academia entendió que son obras de arte en sí mismas y no dispositivos para la obtención de obras y se ha dedicado a restaurarlas para su óptima preservación. Las planchas de Picasso no se conservan.

Hay constancia de que Picasso conoció las estampas de Goya, que llegó a mencionar por escrito, y que circularon mucho en su época, pero también hay reflejo de ello en algunas de sus composiciones como “Salto con la garrocha”, muy similar a “Ligereza y atrevimiento de Juanito Apiñani en la de Madrid”, de Goya.

La serie de Picasso fue un encargo que le hizo antes de la Guerra Civil Gustavo Gili Roig para ilustrar un tratado del diestro José Delgado, “La tauromaquia o el arte de torear”, pero quedó aparcado hasta 1957, cuando lo retomó en su villa de Cannes. Grabó 26 aguatintas al azúcar, más una cubierta a punta seca, todo en una sola tarde, en tres horas y media, unos días después de haber asistido a una corrida en Arles. Es la mirada de un aficionado que saborea distintos momentos de la fiesta en la plaza.

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