FIRMA INVITADA

La Utielana está triste

José Luis Ramírez
sábado 12 de septiembre de 2020

La Utielana está triste. Todos los septiembres, desde 1858, tuvo sus puertas abiertas al pueblo de Utiel y a todo forastero que siempre se convierte en un paisano más en nuestras fiestas. Este sábado tendría que haber toros. Antes y después conciertos, jarana, tertulia bajo el último olmo que nos queda en pie, y algún primer beso sin mascarilla en las muchas sombras y recovecos que tiene la plaza.

Hoy me acuerdo de ella, aunque no esté vestida de fiesta, engalanada de carteles que anuncian diversión; conciertos, vaquillas, ganaderías y toreros. No están las banderas rojigualdas flameando en la cresta de la tapia. El arco de sus taquillas, esta noche, en lugar de ser una puerta abierta a la ilusión que se puede comprar en la feria -porque en feria, un día es un día-, parecen nichos sellados.

En más de 150 septiembres, tan sólo se vio así con el cólera, algún año de las guerras carlistas y en la última guerra civil.

Siempre después, se volvió a poner guapa y abrió sus puertas como brazos extendidos que te incitan a entrar.

Está triste, pero no se le ve preocupada, porque quiero creer que su edad le ha enseñado que, como ya pasó antes, sus tendidos vacíos se volverán a llenar y en su ruedo se volverá a torear y bailar.

Hoy, en este septiembre de feria que nos han robado, me quiero acordar de ella. De La Utielana. Nuestra plaza.

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