Escampa. Taurinamente. O casi. Quiero decir que las borrascas administrativas van dejando paso a la realidad del ruedo que en el peor de los casos siempre tiene más brillo y sobre todo más verdad. Lo de las borrascas administrativas en los toros es como eso de la ciclogénesis que tanto repiten últimamente los hombres del tiempo y tanto televisan en los informativos. Y tanto acojonan. Es terrible y nos sabe a nuevo cuando realmente no lo es, en realidad se produjo siempre, sólo que no se televisaba como ahora, con la gente muriendo al borde de los acantilados como quien dice en directo y le llamábamos simplemente ciclón o galerna o nada y nos abrigábamos o directamente nos quedábamos en casa, que en este caso es lo peor que puede pasar.