La Pincelada

Los aficionados de salón y las copias

José Luis Benlloch
lunes 17 de mayo de 2010

La presencia del Plus en Las Ventas, además de abrir al mundo uno de los mayores espectáculos del ídem -el mayor, para ser más exactos, el más culto y el más auténtico- ha tenido otros efectos…

La presencia del Plus en Las Ventas, además de abrir al mundo uno de los mayores espectáculos del ídem -el mayor, para ser más exactos, el más culto y el más auténtico- ha tenido otros efectos. La mayoría positivos. Generar moda de toros. Si en Madrid por feria se va a los toros, es que hay que ir a los toros. Y lo mismo cabe decir de Sevilla o de Bilbao. El fenómeno se produce en otras manifestaciones. El tenis, por ejemplo. La gente se pirra por ir al tenis en los grandes torneos y que uno sepa como espectáculo de domingo los de la raqueta no existen. Eso no es malo ni bueno, es así. Si los toros son espectáculo de feria en los tiempos modernos se acepta y se gestiona como tal, es decir, como un gran espectáculo, con grandiosidad y respeto a las esencias. Otro efecto de la presencia de la tele, en este caso el Plus -por cierto, junto a las autonómicas, las únicas teles que apuestan por los toros, eso habrá que reconocerlo algún día y tocarles las palmas- otro efecto digo, es el mimetismo que genera entre los aficionados: si en Madrid sale ese toro, que no siempre debe ser envidia o deseo de nadie, en mi pueblo quiero ese mismo toro/torazo porque no somos menos. Mal ejemplo, en este caso. En Madrid sale ese toro porque es Madrid y punto. Ese toro iría contra la personalidad de otras plazas. La prueba es que muchos de los intentos importadores que se han producido en otras latitudes sólo han generado frustración.
Lea el artículo completo en su revista APLAUSOS.

 

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