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TRISTEZA.- Manzanares y Morante con su sempiterno puro, se relajan. La tristeza comienza a inundarles. Acababan de hacer su último paseíllo en Barcelona. Seguidamente llegó el cierre.TRISTEZA.- Manzanares y Morante con su sempiterno puro, se relajan. La tristeza comienza a inundarles. Acababan de hacer su último paseíllo en Barcelona. Seguidamente llegó el cierre.

Luces en blanco y negro

José Luis Benlloch
lunes 16 de agosto de 2021
El toreo busca una nueva imagen que reivindique sus valores y su vigencia. Joserra Lozano, antiguo novillero, intenta actualizar y provocar a través de la cámara

Cuando más arrecian las descalificaciones de los anti, el toreo se defiende en el ruedo y en la calle a la búsqueda de una nueva imagen que le ancle en la sociedad actual y reivindique (airee) sus valores. Se torea como nunca, incluso se rescata las mejores maneras, ahí tienen a los jóvenes Aguado y Ortega toreando como se toreaba en las llamadas épocas de oro; los empresarios por su parte, muchos, rebuscan y actualizan modos de venta y promoción que no se habían aplicado nunca (a la fuerza ahorcan) y ya se hacían imprescindibles; los ganaderos cuidan y seleccionan con medios y criterios científicos la mar de avanzados; así que hacía falta quien produjese una imagen de esa nueva realidad y ahí, una vez más la fotografía ha entrado en acción de una manera importante. Nada nuevo, el maridaje entre toros y retratistas ha sido una constante en la historia de ambas artes.

En ese movimiento ha tomado la iniciativa Joserra Lozano, ex novillero al que la fortuna no le fue propicia y tras una extensa pero no tan intensa carrera novilleril que tuvo que recorrer en solitario, decidió cambiar la muleta por la Nikon y seguir en el toro desde la otra parte de la barrera. Vistos los resultados, una feliz decisión. En su nueva profesión mostró desde el principio un sentido de la creatividad y la innovación que no pudo mostrar frente al toro y le situó entre los fotógrafos más reconocidos.

LUCHA.- Lea Vicens, ni española ni hombre, francesa y mujer, todas las barreras cayeron bajo su galope. Igualité y fraternité como karma.

LUCHA.- Lea Vicens, ni española ni hombre, francesa y mujer, todas las barreras cayeron bajo su galope. Égalité y fraternité como karma.

“Intento que la fotografía se ennoblezca. Con la democratización de la fotografía daba la sensación de que todo el mundo podía ser fotógrafo y más que captar la realidad he buscado captar mi realidad y de esa manera construir historias y relatos”, asegura antes de añadir que su objetivo desde el principio fue dar un vuelco a lo que se venía haciendo, aunque en muchas de sus series ha recurrido conscientemente el camino inverso y ha recuperado la fotografía más clásica, todo bajo un credo irrenunciable: “He intentado actualizar y provocar a través de una nueva imagen de la tauromaquia”.

Rechaza tener un mal concepto de los fotógrafos taurinos más tradicionales y considera a la familia Arjona como un referente básico y al francés Maurice Berhó como otro faro por su tratamiento del color. “Mi faceta de fotógrafo en la plaza sigue bebiendo de esas fuentes” y es aquí cuando hace dos claras distinciones entre la fotografía en la plaza “donde capto lo que hacen los demás” y la fotografía en el estudio donde la aportación del fotógrafo es más personal y más creativa y asegura que prefiere este último escenario en el que hay antecesores de gran prestigio como el valenciano Boldún por cuyo estudio pasaron los más grandes espadas de la primera mitad del siglo XX. “En la plaza son muchos compañeros en la misma ubicación y distinguir tu obra de la de los colegas es cada día más complejo. En el estudio donde posan para mí me siento más libre, más artista y más yo”.

Castella promocionó la feria de Málaga con un guiño picassiano. La camiseta le delata.

Ante el fenómeno digital del que no reniega, se inclina abiertamente por el papel, “una obra de arte no es tal hasta que no se imprima. Cualquier fotografía que se ve a través de una pantalla es menos auténtica aun siendo la misma obra”.

Autor de la promoción de diversas ferias como Madrid, Valencia, Zaragoza o Málaga entre otras, recurrió a atrevidas fotografías de estudio de los toreros que reconoce aceptaron sus propuestas sin resistencia por provocadoras que fueran y acabaron proporcionándole el reconocimiento del que goza. Desde José Tomás a Juli, Talvante, Roca… pasaron y posaron ante sus cámaras con espectaculares resultados.

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