-“Los toreros somos locos muy cuerdos. Por eso somos capaces de hacer cosas que otros no son capaces de hacer. Sin ese punto de locura sería imposible hacer en la plaza lo que hay que hacer con el toro”
-“He vivido lo bueno, lo malo, he caído, he vuelto… y sé los pasos que he de dar para no estar abajo de nuevo. Si un día no triunfo me entra la ansiedad por triunfar al día siguiente. No quiero perder una sola tarde, sé cómo se vive abajo y eso es muy duro”
-“Saber que tienes tantas condiciones es una invitación a aflojar. Mi mayor enemigo fui yo mismo por la facilidad. Aquí hay que sufrir y cuando sales a la plaza tener la tranquilidad de haber hecho los deberes en el invierno”
-“Ahora el triunfo trato de olvidarlo cuanto antes. Es lo que más daño me hace, el triunfo aplaca, en cambio el fracaso o el no conseguir lo que buscabas es lo que me espolea. Es el que hace que al día siguiente saque lo que ese día no he sido capaz”
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