“El indultado astado, castaño albardado muy en el tipo del encaste juampedro, rezumó una extraordinaria calidad en su embestida”, empezaba la crónica de nuestro compañero Guillermo Mira para Aplausos. “Manzanares estuvo sencillamente genial con el capote y deslumbrante con la muleta, en una de las faenas más completas que habrá realizado en su larga y fructífera trayectoria como matador de toros. El impetuoso galope de salida del toro encontró en la tela rosa del alicantino el templado freno. Meció el percal el maestro alicantino con hondura y elegancia, tanto en los lances del saludo como en ese quite que abrochó con media verónica de esas que hacen acordarse de Triana. La apoteosis se desencadenaría con la muleta. Manzanares comprendió en diez minutos un tratado de tauromaquia moderno. Naturalidad, relajación, mando, dominio, temple y por encima de todo arte, el arte excelso de quien, nacido en la orilla del Mediterráneo, lleva a Sevilla en el alma. La magistral lección acabó con el perdón de la vida para el bravo Ganador, copartícipe, junto al maestro, de la apoteosis”.
Al margen del lío de Manzanares, la corrida contó también con la destacadísima actuación de Julio Aparicio. “El sevillano cuajó al tercero de la tarde una faena a base de ramalazos gitanos. La marchosería y el garbo impregnaron los sentidos muletazos de Julio que estuvo arrebatador. Toreo de embrujo, a compás de martinete y fragua, el que brotó de la subyugante muleta de Aparicio. Fenomenal su estocada que daría lugar a la concesión del doble trofeo con salida en hombros por la puerta grande”.
Por su parte, el valenciano Enrique Ponce “pechó con dos toros poco potables, destacando la soberana estocada que le propinó al quinto”.
Primera corrida de feria en el coso de la Condomina de Murcia. Se lidiaron cinco toros de Juan Pedro Domecq y uno, sobrero, de Ana Romero lidiado en primer lugar. Fueron ovacionados el buen tercero y, sobre todo, el excepcional cuarto, de nombre Ganador, que fue indultado. José María Manzanares (palmas y dos orejas y rabo simbólicos), Enrique Ponce (ovación con saludos y ovación con saludos tras aviso) y Julio Aparicio (dos orejas y ovación con saludos).