La espina

Manzanares, otra dimensión

Paco Mora
domingo 25 de septiembre de 2011

La de Albacete, que viene siendo desde hace muchos años una feria de segunda con aficionados de primera, este año ha sido un magnífico catalizador de la interesante temporada a punto de finalizar. De esa vocación de plaza de primera le viene la seriedad de las corridas que en ella se lidian. Lo que habitualmente suele originar tensión en los corrales, pues ganaderos y toreros intentan rebajar el listón de la seriedad del toro mientras la autoridad policial y la facultativa pugnan por evitar que la Feria se salga de su tradicional perfil. Este año se ha puesto más atención a las hechuras y al tipo que al peso, al volumen y a la exageración de pitones que poco tienen que ver con el auténtico trapío del ganado. Lo que ha dado lugar a corridas más armónicas, pero el corto porcentaje de toros realmente bravos ha patentizado la crisis de casta que sufre el toro de lidia en la actualidad.

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