Siguen anunciándose ferias que no reconocen a un triunfador de Sevilla y de Madrid como Borja Jiménez. No es de recibo. Desde los medios intentamos defender que hay una justicia en el toreo que premia al que se lo gana en el ruedo. Borja Jiménez lleva años esperando su momento para entrar en las grandes ferias, gustos aparte, y no ha fallado en estos tres años anunciado en los grand slam del toreo.
Su salto a la cumbre del toreo se ha visto respaldado por triunfos incontestables. Por hacer un poco de memoria: tras el escaparate de la Copa Chenel vino la puerta grande con los victorinos en la Feria de Otoño de 2023 cortando tres orejas. Al año siguiente -la temporada pasada- vinieron los golpes de Sevilla -perdió con la espada la Puerta del Príncipe en la corrida de Victorino Martín-, Pamplona, Bilbao y Madrid -logrando su segunda puerta grande con toros de Victoriano del Río y un sobrero de Torrealta-. Además de su importante paso por San Miguel y la vibrante faena a Experto de Santiago Domecq en San Isidro, ambas malogradas con los aceros.
En 2025 su temporada navega viento en popa a toda vela: dos orejas en Sevilla al toro de Jandilla y tres orejas en Madrid, una en la de Jandilla, y las dos al gran Milhijas de Victorino Martín que le abrió su tercera puerta grande en la monumental madrileña.
Urge renovar el escalafón y abrir huecos a toreros nuevos. Toreros como Borja Jiménez ilusionan y dan argumentos para abrirles paso. Muchos pensarán que las figuras que llevan veinte años deben irse para su casa, sinceramente pienso que pueden seguir impartiendo su magisterio con generosidad, con aperturismo, con vistas al futuro. Abrir los carteles conlleva un riesgo para empresarios y figuras pero es el único camino para potenciar el talento que se abre paso a marchas forzadas en las grandes plazas. Borja Jiménez se merece estar en más ferias.