La alternativa de Benítez, en realidad toda su carrera, fue un acontecimiento que desbordó ampliamente el ámbito taurino. El aserto manejado entonces con cierta prodigalidad tenía un doble e intencionado significado. Los más cáusticos lo utilizaban para señalar que ni siquiera era taurino. Seguramente no era taurino en la acepción que entendían los puristas pero sí era el sentimiento de la mayoría de una sociedad que necesitaba creer que el ascenso social y económico era posible también para ellos en aquella España tan castigada y tan desigual. Aquella movida que alcanzaba a todos representaba el milagro de una España que volvía a asomarse al mundo con una sonrisa y El Cordobés, su imagen.
– Si alguien pensó que con la alternativa se frenaría el fenómeno cordobesista se equivocó. Benítez sólo acababa de llegar. Tampoco lo frenaron en Sevilla ni en Madrid…