Dios los cría y ellos se arrejuntan juntos. Qué tendrán que ver Caldas y Puigcercós, los cojones y el trigo, pues mucho. A Caldas le sucede en Granada lo que a Puigcercós en Cataluña: se quedan sin argumentos y discursan igual. Es curioso, el de la ERC atea usó a Dios en vano y el creyente Caldas al Ayuntamiento. Uno dijo que en Andalucía no paga impuestos ni Dios y el otro que en Granada no le paga ni dios, que le deben dinero. Lo que deben, ambos dos, es callarse. Y pagar. Los dos. Uno, el político catalán con cuerpo de Pedro Picapiedra vestido de padrino de boda, pasará a la historia como nadie, porque es nadie. Caldas pasará a la historia del toreo como su ex Sofía Mazagatos por la historia del coeficiente intelectual. Nada es al azar.
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