Miurada “sin” para tres héroes

Miurada sin bravura, sin casta, sin nobleza y lo que es peor sin fuerza, para tres héroes. Seis tigres mansos con cuernos de la legendaria ganadería –leyenda que se basa en su rastro sangriento- y un criminal…

Una estocada de antología

Miurada sin bravura, sin casta, sin nobleza y lo que es peor sin fuerza, para tres héroes. Seis tigres mansos con cuernos de la legendaria ganadería -leyenda que se basa en su rastro sangriento- y un criminal del Conde de la Maza, intratable y con peores intenciones que todos los miuras juntos. Que ya es decir. El cordobés José Luis Moreno estará esta noche con su familia de puro milagro. ¡Lástima de buen torero que se vea obligado a matar esos toros inservibles para hacer cualquier clase de toreo basado en la técnica, el arte y la inteligencia! Toros para “kamikazes”. Un ladino manso, hijo de Satanás se empeñó en asesinarlo y a punto estuvo de conseguirlo. ¡Qué sueldos más duros los de los tres esforzados de esta tarde! Ese sí que es el auténtico salario del miedo, porque para que a un hombre no le tiemblen las nalgas ante semejantes alimañas tiene que estar completamente enajenado. De ahí la importancia del valor de Moreno, Rafaelillo y Serafín Marín. Valor del auténtico.

El segundo de Rafaelillo se equivocó y se dejó pegar unos cuantos muletazos en los que el torero pudo conducirle las embestidas. Pero duró muy poco y como todos sus hermanos acabó arrastrándose por la arena como un inválido. El segundo de Moreno tenía la malicia inteligente del asesino múltiple con carrera cursada en Oxford, y le quitaba la espada a guantazos cada vez que se perfilaba. Lo cogió dos veces y lo azacaneó de manera inmisericorde. ¡Qué palizón, Dios mío! Serafín pechó con el del Conde y las pasó canutas de verdad, pero sin perder los papeles. Debería estar penado criar toros así. Pero comprarlos para echárselos a los toreros es de cadena perpetua. A los auto titulados toristas que les gusten esos toros, que se lo hagan mirar porque el sadismo es una enfermedad peligrosa… para los demás, claro.

Y se acabó la Feria de Abril. Dicen que no son tristes las despedidas, dile a quien te lo ha dicho que se despida.

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